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José Perera, autor de El Malevo: «Me llevaron la pieza y los sueños»

José Perera es un escultor que le dedicó varios años de su vida artística para homenajear a Valentín Alsina, el barrio que lo vio nacer y crecer. Con una fuerte identificación hacia el tango, cultura musical que emana desde sus raíces autóctonas, decidió crear una obra llamada «El Malevo». Este trabajo, de ocho metros de altura, se inauguró en 2013 para recibir la entrada a la ciudad de Lanús, desde el Puente Alsina. Cinco años después, el gobierno municipal decidió despojar un pedazo simbólico de cultura e historia del barrio. Y desecharlo en el velódromo. «Lanús tiene identidad propia desde hace años y la deben respetar, más aún porque ellos no son de acá», deslizó Perera. Y agregó: «Nos están arrinconando demasiado y no se dan cuenta que hasta el más cobarde pelea». El Malevo: una obra que nació para estar ahí y que debe retornar a su lugar.

-¿Qué sensaciones te dejó la exposición en el Concejo Deliberante?

-Desde mi amor y mis quehaceres, quise homenajear al lugar que vivo desde el año 51. Lo que más me dolió fue que, además del castigo recibido por todo lo que le pasó a la obra, haya saltado alguien por la espalda para decirme mentiroso.  Me dijeron que me anoticiaron, pero no fue una comunicación normal. No fui a hablar con el intendente ni con la secretaria de Cultura para dar mi parecer. Tomaron la decisión a mis espaldas, a traición y encima me trataron de mentiroso. A pesar que me dejaron perplejo, siento que dije lo que tenía que decir.

-¿Cómo vivís la situación? 

-Con mucha bronca y tristeza. Hace dos años me fui a quejar a la Secretaría de Cultura porque las ocho placas que sostenían la escultura estaban flojas. Estas placas pesan alrededor de cien kilos, por lo que tenía la preocupación de que, en vez de homenajear a los vecinos, terminara lastimando a alguien con su caída. El Municipio no sólo no hizo nada al respecto, sino que aprovechó la ocasión para avisarme allí que tenían en mente mover el monumento, como si se tratara de un hecho doméstico, sin contar el peso y la dimensión de la estructura. Les afirmé que correrla es destruirla y por lo tanto no acepté.

-¿Imaginaste que algún día se iba a tomar la determinación de desplazar la obra?

-Sinceramente, pensé que en algún momento iban a recapacitar. Se trata de una obra de ocho metros, con 24 metros cúbicos de hormigón, donde cualquier movimiento iba a generar su deterioro físico. Hace algunos días recibí un mail donde me comunicaban que ‘tal como hablamos aquella vez, tenemos pensado trasladar el monumento’. Contesté apropiadamente a ese mensaje, en donde manifesté que en ningún momento concilié la decisión y le repetí lo mismo que hace dos años, basado en que trasladarla era romperla. La obra «Malevo de Fierro» se encuentra al lado de otro trabajo titulado ‘Tango de Acero’, donde el primero miraba al segundo. Entonces al desmembrar la obra, se pierde el sentido. Si quitás al Malevo de su lugar de homenaje, dejás de hacerle el homenaje.

-¿Tiene una protección legal la obra?

-Este trabajo está registrado como obra inédita y artística, que contempla a la vía pública. Esto tiene una protección por la ley 11.723 de propiedad intelectual, que es post mortem. No se puede lastimar la moral del autor, ni la integridad de la obra. El gobierno municipal saltó la ley de una manera increíble. Estamos llenos de camaritas donde vos pasás y te hacen una multa. Vivimos aterrorizados y ellos no respetan nada.

-¿Tenés pensado acceder a la vía judicial?

-Envié una carta documento a las autoridades, por más que no me preocupe demasiado el tema legal, ya que la legalidad nace de uno a través del comportamiento. Sin embargo, es un hecho nuevo para mí y no quiero quedarme quieto. Sé que voy a jugar una pulseada con una grúa. De todos modos, la voy a pelear.

-¿Cómo está el barrio?

-Con una solidaridad muy grande. Hay bronca muy porque le afectaron su sueño. Los vecinos están hablando de poner la pieza en su lugar. Esta obra ya no es mía sino de todos ellos. Si no regresa a su espacio original, prefiero que duerma en la oscuridad antes que se mude a otra parte. Quizá con otro gobierno se revierta la situación. Me llevaron la pieza, los sueños, todo.

-¿Por qué pensás que se tomó la decisión?

-Meterse en la sinopsis de esta gente me parece un trabajo insalubre. Me parece que se trata de una simpleza con temperamento infantil dentro de una cabeza adulta. Nos quieren formar de determinada manera, cuando Lanús ya tiene una identidad propia desde hace mucho tiempo. Hay que respetar los lugares. Cuando voy a la casa de alguien, me siento homenajeado. Y las autoridades del Municipio deben hacer lo mismo. Más aún porque no son de acá. De última, si fueran humanos y aportaran a Lanús, no habría problema, pero vienen a romper.

-Tuvieron una reunión con Unidad Ciudadana. ¿Qué sensaciones te dejó?

-La verdad es que estoy muy agradecido a todos ellos, que me dieron la posibilidad de poder visibilizar mi reclamo en este lugar. Espero que la jornada haya sido constructiva, más allá de todo lo que sucedió.

-¿Qué piensan los vecinos?

-La gente está hirviendo, está indignada. Y es lógico porque le afectaron su sueño. Te dicen, por un lado, que te pongas tres pares de medias, dos camisetas, un gorrito y una campera en tu casa, así gastás menos gas, pero resulta que estamos pagando en casa facturas como un horno siderúrgico. Los servicios encima no mejoran y quieren que nos acostumbremos como ese sapo que lo van cocinando de a poquito. Nos sacan la historia y los símbolos con violencia. Son hábiles y te hacen sentir que hasta tu cielo es ajeno. Me parece que nos están arrinconando demasiado y no se dan cuenta que hasta el más cobarde pelea.