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Comedor ACT Cargo de Lanús Oeste: «Gracias a Dios nunca se fue nadie sin comer»

Por Mailén Cervera y Morena Barón.

Es una noche de invierno, fría y con lluvia. Mientras Daniela y Gustavo nos cuentan de qué se trata “ACT Cargo” la gente va ingresando al lugar y los saluda muy afectuosamente. Allí todos los martes por la noche realizan una cena para personas en situación de calle, o que en el último tiempo quedaron desempleados/as. Este comedor queda en Piñeiro 265, Lanús Oeste, a pocos metros de la estación. El espacio pertenece a la Primera Iglesia Bautista de Lanús.

-¿Cómo nace el grupo?

Daniela: Bueno, el grupo surgió hace tres años, y en un principio lo que nosotros comenzamos a hacer viendo la necesidad que había, acá puntualmente, de muchas personas en situación de calle, fue armar una brigada y salir a repartir sopa y café. Organizamos un grupo y empezamos a hacer lazo con las personas que se encontraban en la estación, más que nada del lado Oeste, con otro muchacho que también había trabajado con estas mismas personas, que se llama Pepe. Él fue nuestro enlace.

Queríamos hacer algo porque la calle no es para vivir, ¿no?»

A partir de ahí, empezamos a conocer a otras personas, que también necesitaban distinta asistencia ahí en la plaza. Nosotros empezamos a sentir la carga de hacer algo más porque la calle no es para vivir ¿no?, y ese es un lema que nosotros tenemos. Ni bien nosotros empezamos a hablar, a compartir con ellos y conversar nos dimos cuenta de que había otras necesidades. Entonces surgió la idea de poder abrir un espacio donde ellos puedan estar más cómodos, y nosotros podamos servirles un alimento sólido, de una manera más digna. Ahí comenzó a armarse el comedor, y lo tenemos todos los martes.

 

-¿Desde hace cuánto tiempo funciona este espacio?

Daniela:  Comenzamos hace tres años en un invierno, y a los tres meses ya armamos el comedor.

-¿El Municipio les brinda alimentos o herramientas para poder sostenerlo?

Daniela:  En realidad, la mayor parte de comida la solventamos nosotros. Siempre recibimos donaciones, muchas veces la tenemos que ir a buscar. Días como hoy, tenemos un grupo de WhatsApp con voluntarios, donde ponemos qué se va a cocinar, y por ejemplo hoy que vamos a comer milanesas, cada uno trae dos kilos, entonces se arman 20 kilos, y si falta la Iglesia lo paga. Tenemos fideos, y stock por si llega a venir mucha gente. Gracias a Dios nadie se fue nunca sin comer.

-Quienes quieran donar ¿pueden acercarse al comedor a dejar los alimentos?

Gustavo: Sí, también pueden contactarse con nosotros o acercarse a la Iglesia que se encuentra en la misma cuadra del comedor.

La Municipalidad nos dejó plantados tres veces y entendimos que por ahí no iba»

-Respecto a la Municipalidad, ¿se acercaron a pedir ayuda?

Daniela:  En un principio cuando éste se originó, se generó un debate, ya que somos un grupo que nos manejamos de manera horizontal, es nuestra modalidad de trabajo, que creemos que es fundamental. En un principio pensamos en presentarnos. De hecho Juan, que fue uno de los que inició el grupo, se acercó, armamos la carta para presentar a las autoridades del Municipio, para presentarnos, primeramente para que sepan que podían contar con nosotros como recurso, pero la verdad es que lo dejaron plantado tres veces, y bueno entendimos que por ahí no iba. Ahora, que es mucha más que antes la gente que viene, es notable.

Viene mucha más gente que antes, es notable»

-¿Más o menos cuantas personas asisten al comedor?

Gustavo:  Más o menos 90, llega a 100, 110 en este último tiempo. Aumentó en este último tiempo la cantidad de gente que asiste…

…gente que no tiene trabajo, familias que vienen con el tupper por si sobra.»

Daniela: Sí, porque no solo es gente en situación de calle, sino gente que no tiene trabajo, familias que vienen con el tupper, por si sobra.

Gustavo:  Sí, para las personas que están sin trabajo, zafar una comida te ayuda.

Daniela- Esto generó que nos volvamos a replantear (acercarse a la Municipalidad), pero la mayoría decidió que no, que vamos a autogestionar, con la ayuda de la iglesia, los donantes y voluntarios.

-¿Qué función cumple la iglesia con el Comedor?

Daniela: La Primera Iglesia Bautista de Lanús (se encuentra a una casa de distancia del Comedor) es la dueña de este espacio, nos lo prestan. Muchos de los que estamos acá pertenecemos a la iglesia, pero mucha gente que viene a colaborar también, estamos abiertos, tenemos voluntarios casuales esporádicos, que no necesariamente tienen que venir acá o a otra iglesia. Una persona que realmente tenga los mismos criterios que nosotros, que quiera venir a servir, es importante, le abrimos las puertas.

-¿Hacen otra actividad para quienes se acercan al comedor?

Daniela: Lo que empezamos ahora, que es un lindo emprendimiento, es la feria americana.

Gustavo: ¡Si! Eso se hace cada quince días con donaciones de ropa. Hay un grupo de mujeres que seleccionan la ropa de mejor calidad, y acá mismo, cada quince días se hace una feria americana que últimamente está yendo muy bien, y estamos solventando los gastos del comedor.

Daniela: También quienes pueden alquilarse una piecita, o tienen una cocinita, nos empezaron a pedir mercadería, es una realidad. Notamos que, porque estamos en conexión con otras organizaciones y grupos que también asisten a las personas en situación de calle, y la verdad es que este año mermó un poco la actividad de comedores, incluso desde lo municipal mermó, lo que era el Operativo Frío, y demás.

Entran dos personas, y saludan a Daniela y Guillermo al grito de «¡Te quiero mucho!»

No estamos del lado del asistencialismo sino de la restitución de derechos vulnerados»

Daniela: Con respecto a la feria, fue una necesidad para poder cumplir con la demanda de mercadería. Al principio pensamos que en el centro de Lanús no iba a funcionar, pero funcionó. Son prendas económicas, que ayudan también a que la gente pueda acceder a ropa en condiciones a precios accesibles. De hecho, dos chicas que vienen al comedor, ayudan en la feria. Nosotros organizamos, pero también motivamos a que ellos puedan colaborar, esto es necesario. Nosotros no estamos del lado del asistencialismo, la posición que tenemos tiene que ver con la restitución de derechos vulnerados, entendemos que es una temática compleja, que hay muchos factores para que una persona esté en situación de calle, que nosotros no lo vamos a sacar de la calle, pero sí nos vemos como un factor de protección, nos vemos como un grupo que podemos tener incidencia, que la parte que nosotros podamos hacer, la hacemos, tratamos de derivar y usar recursos estatales. Vienen chicas que son trabajadoras sociales, que pueden ayudar en el trámite de hacer un documento. Esta gente necesita herramientas, es complejo salir, pero los animamos.

También tenemos como proyecto ahora armar una pequeña bolsa de trabajo, porque vemos que, cuando uno los va conociendo, que lleva tiempo, que ellos se abran y conocer sus historias de vida, ver que hay muchos que tuvieron oficios, familia. Poder animarlos a que ellos lleven a cabo algunas acciones como tramitarse el documento, si tienen alguna discapacidad tramitar la pensión. Tenemos como proyecto de este año armar un taller de panificados, siempre optativo. Este taller que se está formando ahora con Pablo, que es nuestro cocinero oficial, la idea es poder implementarlo, y luego cederles el espacio para que ellos hagan el pan, en una primera instancia para los martes. Hacemos el chivo, que la panadería Ayelén, ubicada en la misma cuadra, dona el pan y facturas que no se venden. Pero lo que notamos es que a veces no nos alcanza, más en el invierno, y ellos quieren llevarse para tener una bolsita. Estamos a este nivel de crecimiento, de poder implementar algún tipo de taller, como primera instancia aprender y que ellos luego lo puedan vender. De hecho con quienes ya conocemos y tenemos más confianza, ellos nos ayudan a servir los platos, no están obligados. Nosotros brindamos el servicio, pero también promovemos que ellos no tengan una actitud pasiva, porque ellos también tienen cosas para dar, ellos pueden cuidarse entre ellos, porque la situación de calle es una situación de alta vulnerabilidad, animamos a que ellos se acompañen.

-Viendo la relación que construyeron con ellos, con respecto a la confianza y cariño que les toman, comienzan a ver más de cerca cada problema que sufren…

Gustavo:  Sí, porque ellos te hacen parte de sus vidas, ellos viven en su mundo, la gente los ignora, viven solos. Imagínate, venir acá, que está calentito, comés algo, la misma cara siempre, ya empezás a hacer una amistad. Ellos mismos dicen, hay comedores que cerraron de la zona, y el boca en boca hace que venga cada vez más gente.

El amor de Dios es un amor que se pone en acción, sino es filosofía»

Daniela:  Tiene que ver desde nuestra fe también, nosotros entendemos que el amor de Dios es un amor que se pone en acción, entonces si nosotros no llevamos a cabo alguna obra concreta, digamos queda todo en el plano de la filosofía. Desde ese lugar y posicionamiento, no es que nosotros venimos a dar una limosna, nosotros compartimos lo que tenemos, y algo que creo que hace la diferencia, que ellos nos lo dicen: “Mirá que yo no vengo por la comida, yo vengo porque acá me siento, me escuchás”. De hecho en un tiempo, ahora se nos hace difícil porque viene mucha gente, pero nos sentábamos a comer con ellos y charlábamos, porque esa es la idea, ser uno más de ellos.

-¿Cómo surgen los voluntarios? ¿Difunden la búsqueda de ayuda, o se acercan?

Daniela:  Lo que hacemos una vez al año, la próxima es en octubre, son capacitaciones para quienes son voluntarios. Difundimos e invitamos a Iglesias cercanas y a personas que les interesa. Apuntamos a hacerlo con excelencia, no sólo vengo y sirvo un plato de comida, me saco una foto y me siento bien, sino que es otra cosa, entender el respeto, el compartir con otra persona, escucharlos y comprometerse, venir y dar una continuidad.

-¿Quieren nombrar a los demás integrantes del equipo que colaboran?

-Pablo, Efraín, Norma, Paola, Gastón, Leandro, David, Raul, Valeria, Fernando, Carlos, Chabela y Walter.