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Pasta de Campeón: Agustín Gauto, la mayor esperanza del boxeo argentino, vive y entrena en Lanús

Por Daniel Riera.

«Este chico tiene algo especial, es diferente», dijo Carlos Irusta. Entonces el chico de quien hablaba tenía 20 años y apenas 9 peleas como profesional. «Se llama Agustín Gauto y da motivos para que el boxeo argentino siga soñando». Han pasado dos años desde aquel comentario de uno de los mayores especialistas. Ahora Agustín tiene 22 años y 16 peleas como profesional en la categoría minimosca. Las ganó todas: 11 de ellas por KO. Ahora quiere ser Campeón del Mundo. Está en eso. Nos encontramos en el gimnasio del club Villa Argerich, cerca del Hospital Evita, donde Agustín entrena todos los días.

«Que Carlos haya dicho esas cosas de mí es un un orgullo enorme, pero también tengo que demostrarlo en cada pelea. Yo la verdad es que no me tomo como ‘la promesa del boxeo argentino. Simplemente me dedico a lo mío: hacer lo que me gusta, que es subir arriba del ring.

-Cada pelea es un objetivo en sí mismo…

-Claro, lo hago porque me gusta. Yo quiero pelear, ser Campeón del Mundo. Me pone muy contento que gente como Carlos piense esas cosas sobre mí, pero no me quiero cargar esa mochila. Simplemente hago lo que me gusta. Me gusta boxear, lo disfruto. Me gusta entrenar, me gusta exigirme, pero sobre todo me gusta subir al ring, la adrenalina que se genera, la gente… Pelear me fascina.

-Tenés un récord de 16 peleas, todas ganadas, y 11 de ellas por KO. Sin embargo, no sos un pegador…

-No. A mí me gusta más boxear, pegar sin que me peguen. Me gusta más boxear que ir al choque. Si lo tengo que hacer lo hago, porque también tengo que estar entrenado para eso, pero el KO llega y gracias al trabajo que estamos haciendo, está viniendo bastante seguido.

-Es una consecuencia de tu laburo, digamos…

-Claro, yo no busco el KO. Simplemente lo entrenamos acá en el gimnasio, trabajando fuerte. Y si llega, mucho mejor.

-¿Cuál dirías que es tu fuerte como boxeador?

-El trabajo defensivo es lo que más me gusta, pero hay que entrenar todo, por supuesto.

-¿Cómo fue el parate por la pandemia para vos?

-Si bien fue malo en lo deportivo, porque iba a hacer una pelea en Panamá y estaba ahí nomás del título del mundo, fue bueno para un montón de cosas mías. Pude estar presente durante el embarazo de mi mujer, que no es poca cosa. Capaz que en otras circunstancias, por estar entrenando, no hubiese podido estar con ella todo ese tiempo.

-¿Sos padre?

-Sí. Se llama Benjamín y tiene un mes. Por ese lado, el parate fue bastante bueno. Por lo demás, para todos los deportistas fue un año malo, pero uno tiene que darle para adelante y seguir entrenando, que eso fue lo que hicimos.

-Se dice que a mediados del 2021 se reabre el Luna Park para el boxeo, que la velada la vas a protagonizar vos y que ahí vas a pelear por el título del mundo. ¿Es así?

-Ojalá. Todavía no te puedo confirmar nada. Es verdad que el Luna Park se va a reabrir el año que viene, pero no sabría decirte si lo voy a hacer yo. Para mí sería un orgullo reabrir el Luna después de tanto tiempo, con la historia que ese escenario lleva. Sería un sueño.

-¿Tenés siempre en la cabeza ser Campeón del Mundo o vas pensando en tu carrera pelea a pelea?

-Desde que arrancamos a trabajar con mi viejo, mi meta es ser Campeón del Mundo, no en una sino en varias categorías, ser uno de los boxeadores más reconocidos afuera. Quedar en la historia del boxeo argentino. Me gusta ese desafío deportivo. Pero bueno: para eso, cada pelea que me viene la tomo con responsabilidad, como si fuera la última que voy a hacer, porque es un pasito más a lo que yo estoy apuntando. Pero calculo que con el tiempo si seguimos trabajando de esta manera, lo vamos a lograr.

-¿A qué Campeón le tenés más ganas?

-Estamos más cerca de pelear por el título de la OMB, donde el Campeón actual es el mexicano Edwin Soto. Es muy bueno, un gran Campeón, un Campeón sólido, así que va a ser una pelea complicada. Pero bueno, para eso paso tanto sufrimiento, tanto tiempo en el gimnasio. Es la pelea de mi vida. Ojalá se dé, y sé que va a ser un peleón.

-¿En qué consiste el «sufrimiento» de un boxeador?

-No, dije «sufrimiento», porque a veces te duele todo el cuerpo o no tenés ganas de entrenar y lo tenés que hacer igual. Es lo que uno tiene que pasar para cumplir sus objetivos…

-Yo leí que vas a los cumpleaños con un táper…

-(Risas)… Es verdad, es verdad. En estas Fiestas pude comer un poco de pan dulce, ponele, pero en las anteriores me llevé mi tapercito, me acosté temprano porque estaba peleando bastante seguido. Y la verdad que la pasé mal, porque estaban todos con el Vitel toné y yo con mi ensaladita, pero bueno…

-¿Qué dice el barrio de tu carrera como boxeador? ¿Te acompañan los vecinos?

-Sí. Yo viví toda mi infancia a dos cuadras de este gimnasio y entrené siempre en el club de acá en la esquina, el Villa Argerich. Ahí fui siempre a jugar a la pelota, nací ahí prácticamente. Así que la gente del barrio me conoce desde antes de que sea boxeador. Este gimnasio también le pertenece al Argerich. En el barrio están contentos conmigo. Capaz que salís a correr y te saludan todos…

-Como a Rocky…

-(Risas)… No sé si tanto, pero parecido.

-¿Tenés alguna pelea en vista?

-Y… queremos volver lo antes posible. Para volver al clima de pelea, y si sale la posibilidad del título del Mundo, agarrarla. Y cuando me digan, estoy preparado para pelear.

(Fotos: Sofía Luz Rozen).