CulturaÚltimas

[VIDEO] «Puente Alsina»: una legendaria película mostró cómo se construía y de paso te contó una historia de amor

Existe una película llamada, literalmente, «Puente Alsina», y muestra, con una belleza deslumbrante, como se construía el puente que separa Lanús de la Capital, o más específicamente, Valentín Alsina de Pompeya. Puente Alsina dura exactamente una hora y fue filmada por el Negro Ferreyra, José Agustín Ferreyra, uno de los pioneros del cine argentino, en 1935, y cuenta una historia de lo más sencilla: una joven hermosa, la hija del ingeniero [Delia Durruty], deja a un novio un poco estúpido y se enamora de un apuesto obrero del puente [José Gola].

“Su autenticidad, la fuerza arrolladora de sus imágenes, la verosimilitud del enjambre de obreros trabajando en la construcción del puente en el Riachuelo, emergen por encima del precipitado gesto de liberación de la muchacha rica, hija de un ingeniero afectado la dirección de las obras, que se desentiende de un novio farsescamente estúpido y se enamora, para ser correspondida, de un obrero… Aquí aflora la ingenuidad de sus requisitorias sociales; también en esto es un individualista y, es más, su percepción de los conflictos capital-trabajo parece ser mesiánica, gruesamente emotiva. La efectividad de las relaciones humanas, el valor de la amistad, la contundencia del amor, son insinuados antes y después del complejo social. La ahistórica decisión está balanceada en la película con una captación popular que no falla nunca en el retrato del ambiente. A los habituales ramalazos ubicativos de tipos y costumbres suma rigor y movimiento que en las secuencias iniciales de los vastos exteriores ribereños alcanza momentos notables, reminiscentes del primer cine ruso revolucionario. Los primeros planos son contundentes. La composición de cada imagen, acertada, proporcionada, expresiva. En las tomas medias y de conjunto hay un ritmo preciso, la fuerza machacante y acompasada de un martillo. Con rostros sudorosos, vigas, tirantes y grúas, hace una serie de imágenes de una belleza desacostumbrada en las películas argentinas. Se ven sorprendentes efectos de contraluz. El montaje es ceñido, severo.»,escribió el crítico José Miguel Couselo, un estudioso de la obra de Ferreyra, sobre la película.