Durísimo: Lanús, sin alma y sin ideas, perdió el clásico en la Fortaleza
Lanús jugó horrible y perdió. Suele ocurrir. Hay que hacer memoria para encontrar un tiro al arco del equipo de Jorge Almirón, Hay que hacer memoria para encontrar una pelota aérea que no hayan cabeceado los de Banfield. Y sí, la vez número mil que nos cabecearon en el área fue gol. Y así fue como perdimos 1 a 0. Salvo el buen partido de Monetti, no hay nada para destacar en la actuación del Grana. Belmonte, tal vez, y no mucho más.
Un planteo mezquino, con el Flaco López como único delantero y Pasquini como quinto volante, impidió llegarle con claridad a un equipo que no regala nada y que contra Lanús sale siempre a garantizarse el cero en el arco propio y si sale algo más, tanto mejor. Cierto es que con movilidad, sorpresa y todas esas cosas, se puede atacar igual aún sin delanteros. Pero al Lanús de hoy le falta todo eso. No se lo puede dar, al menos por ahora, Diego Valeri (entró en el segundo tiempo y no gravitó en lo más mínimo). No hay gambeta cuando el juego colectivo no funciona, no hay enjundia para remontar un resultado adverso, no hay dos o tres pases seguidos, en fin… Almirón todavía no encontró el rumbo y Lanús sólo pudo jugar bien en lo que va de su ciclo ante equipos claramente inferiores como Barracas Central y Cambaceres. Las cosas no están saliendo y quizás sea hora de apostar de movida a los Orozco, Martínez, Sanabria, para recuperar la frescura perdida. El golpe de hoy fue durísimo, no sólo porque se perdió el clásico, sino también por cómo se perdió. Hay mucho por hacer. La clasificación en la Copa de la Liga parece más lejana que nunca. Ojalá, perdido por perdido, al menos aparezca el fútbol. Vamos Grana.

