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Prohibido enfermarse después de las 17 y prohibido tener calor: la salita de Villa Porá y la desidia de Grindetti

Vecinos y vecinas de Villa Porá se comunicaron con La Unión de Lanús para denunciar la enorme desidia del municipio en lo que respecta a la salita de Villa Porá. La principal queja tiene que ver con el horario de atención: la salita cierra sus puertas inexorablemente a las 17, sin dejar siquiera una mínima guardia médica. «Tenemos permiso para enfermarnos o para lastimarnos hasta las 17», ironizan.

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En medio de la enorme inseguridad que se vive en el barrio, en los últimos días fueron robados dos insumos esenciales para el funcionamiento de la salita: a) la bomba de agua, y b) los motores de cuatro acondicionadores de aire. Vecinos y vecinas saben perfectamente quién es la persona que cometió los robos, y denuncian la ineficiencia del municipio para detenerla. «Hay cámaras de seguridad, no pueden decir que no lo vieron. Además, lo conocemos todos», aseguran. Los propios vecinos tuvieron que hacer una colecta, poner plata de su bolsillo y comprar una para que pudiera funcionar. Recién luego de que todo eso sucediera, se apareció el municipio: es decir, cuando el problema ya había sido resuelto por la comunidad. Con lo que no tuvieron suerte fue con los motores de los aires. En estos días de calor sofocante, permanecer en la salita de Villa Porá se hace una pesadilla. Grindetti, de gira proselitista por las playas de la costa atlántica, lo ignora.