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Cumple la que cumplió con todos: Evita Eterna  

Hoy es el aniversario del natalicio de la mujer más importante de la historia Argentina, Eva Perón «la abanderada de los humildes». Un 7 de mayo de 1919 nació la persona que más hizo por los humildes de esta patria.

La principal mujer referente política del peronismo nació en la localidad de Los Toldos. La memoria de las acciones de Evita en favor de los trabajadores, las mujeres y los más humildes es un ejercicio indispensable para pensar la coyuntura actual y los difíciles momentos que atraviesa el país.

Evita ha logrado convertirse a lo largo de los años en un referente de distintos movimientos sociales y políticos que hicieron de su figura el faro de proyectos de inclusión y ampliación de derechos, en oposición al avance de la injusticia social, la violencia detentada por gobiernos indiferentes a los reclamos populares.

Asimismo, su liderazgo, único y novedoso, permitió coordinar diferentes fuerzas e incluir en la estructura de poder a otros colectivos. Tal fue el caso de las mujeres y los trabajadores, quienes encontraron a partir de la acción de ella un marco de significación para convertirse en sujetos políticos de derecho y de participación directa en el entramado institucional, social y cultural de la Argentina.

Evita de los humildes

El 25 de julio de 1946, Evita daba su primer gran discurso destinado a las mujeres argentinas, formando un concepto de unidad con ellas, apeló a todas las mujeres, pero en especial a las mujeres de trabajo, las amas de casa y las que día a día tienen la responsabilidad de bregar por el bienestar del hogar y cuidar la economía familiar. Con simpleza y claridad, resaltó el importante papel que cumplen las mujeres del pueblo y la responsabilidad que recae en ellas en la construcción del entramado social.

En este marco, los humildes y los trabajadores, en esa gestualidad amorosa auténticamente popular, la convirtieron en su abanderada y ella comprometió su vida y su salud en la forja para conseguir las demandas históricas de las mujeres y sus grasitas, ese término que hoy recuerda la lengua del desprecio.

Su lucha por el reconocimiento de derechos sociales irrenunciables fue soldando una unión que perdura en el tiempo, porque, retomando sus palabras, «nuestro movimiento es, por definición, movimiento del pueblo, de la Patria, porque en último término la Patria es el pueblo mismo».