Extorsión y pedidos de coimas: un empresario gastronómico denunció persecución y el hostigamiento por parte del Municipio
Por Víctor Lupia.
«En el medio de un pandemia invertimos todo el capital en comercio en Lanús, le dimos trabajo a gente de Lanús y nos encontramos con esto por funcionarios corruptos e incompetentes», se lamenta Ezequiel Alfaya, que es un empresario gastronómico lanusense. El principal denunciado como responsable de la persecución hacia él y otros comerciantes del distrito es el subsecretario de Control Comunal, Carlos Tagliafico.
Alfaya es propietario de la cervecería Hansen Beer House, que queda en José María Moreno 399 (Lanús Oeste). En diálogo con La Unión de Lanús, cuenta que en agosto adquirió el comercio y que a partir de entonces empezó a mejorar en sus ventas, lo cual «se ve que le molestó, le empezó a tocar el bolsillo, a empleados municipales que tienen acción en varios comercios», en referencia a algunos de los que funcionan en el Polo Gastronómico conocido como La Lanusita.
Actualmente, Hansen se encuentra cerrado porque la Municipalidad, a través de los propios Néstor Grindetti y su Jefe de Gabinete Diego Kravetz, le retiró sin razón alguna la habilitación para funcionar. «Con los problemas grandísimos que tiene Lanús, el intendente y su Jefe de Gabinete se ponen a tratar el tema de un comerciante, y sabiendo que por decreto presidencial no se puede despedir gente, están dejándonos en la calle», reflexiona el empresario damnificado.
Poco después de haberse hecho cargo de la cervecería, llegó la primera de tres clausuras injustificadas que padeció por parte de los inspectores municipales que trabajan para el área de Tagliafico. La arbitrariedad de las clausuras, que se llevaron adelante a pesar de que el comercio contaba con toda la documentación correspondiente, se evidencia en las pruebas que aportó en la denuncia penal que inició contra el funcionario de Grindetti.
Luego de aquella primera clausura, que se produjo en octubre, Alfaya describe: «Aprovecharon la pandemia para extorsionar al comerciante. Como el Tribunal estaba cerrado le dio facultad a Tagliafico para levantar clausuras preventivamente hasta que el Tribunal abra. Entonces el tipo mandaba a los inspectores a clausurar, después tenías que ir a verlo a él, que se cree el dueño del Municipio, y te decía «veinte», «cuarenta»».
Cuenta que después no volvió a ir a la Municipalidad, pero que sí se dirigió allí su socio, quien fue maltratado y que el subsecretario de Control Comunal «le dijo que acá en Lanús se hacía lo que él quería, además de un montón de sucesos extorsivos, y siempre amenazaba con sacar la habilitación, que fue lo que terminó haciendo».
«No es solamente a mí que me pasa esto, es a muchos comerciantes que no participan del vínculo vicioso de ellos», agrega el dueño de Hansen, que además la semana pasada vivió un hecho de inseguridad que sospecha que podría tener alguna relación con estos episodios: «El martes tuve un evento en mi casa, no sé si me quisieron robar o secuestrar, quedó todo registrado por las cámaras de mi domicilio. Pero me quedaron muchas dudas porque tenían guantes, no eran unos ladrones comunes. Yo sé que hay mucha gente que le vengo molestando en la Municipalidad por las denuncias que realicé. Estos tipos son capaces de cualquier cosa».
Quienes también sufren las consecuencias de esta persecución son los trabajadores de la cervecería. Respecto a ellos, Alfaya dice, con preocupación: «Yo por una cuestión de ética, que soy comerciante hace varios años, entiendo al personal y le sigo pagando las cargas sociales, pero el alquiler no lo estoy pudiendo pagar, ni la luz, los servicios, nada de eso». Por eso es que enfatiza: «Los funcionarios municipales no pueden pensar que son esas cuatro o cinco cuadras de comercio y después Lanús que se muera. Nos tratan como una basura».
Ezequiel Alfaya comenta que la denuncia comercial contra la Municipalidad fue presentada ante el Juzgado Contencioso Administrativo N°2 de Lomas de Zamora, mientras que la denuncia penal contra Tagliafico fue dirigida al Juzgado de Garantías N°10 de Avellaneda.