Tristeza infinita: murió Rodolfo García, baterista de Almendra y Aquelarre, leyenda del rock nacional
Estuvo ahí cuando empezó todo, y se las arregló para permanecer vigente siempre. Acompañó a Luis Alberto Spinetta en Almendra, su primera banda, y en Los Amigo, la última. Tocó en Aquelarre, en Tantor, en la banda de Víctor Heredia (quien, con muchísimo respeto, cada vez que lo presentaba hacía una verdadera ceremonia), en la banda de música celta Xeito Novo, en la reunión de Los Gatos, y hasta le hizo el aguante a Pappo en un concierto de Riff. Tocó en mil lugares más. En Almendra cantó una canción: «Campos verdes»; en Aquelarre, el que tal vez fue el máximo hit de la banda, «Silencio marginal».
Su última banda fue Jaguar, querible y spinetteana. Una inolvidable vez no tocó la batería sino el acordeón: fue en el Unplugged de Spinetta, cuando acompañó a Luis en el precioso tema «La miel en tu ventana». Compartía un hermoso programa de radio llamado Mundo disperso con Pedro Saborido y Daniel Míguez, en Radio Nacional. . El jueves pasado había tenido un ACV fulminante, que lo dejó en estado de muerte cerebral. Hasta ese momento, Rodolfo García tenía 74 años, estaba activo y lúcido. Esta mañana, la del 4 de mayo, falleció un músico legendario. Uno de esos artistas que no salen en la tapa de los diarios, y sin embargo son indispensables para que la cosa funcione. Era, además, una de esas personas a las que todo el mundo quiere. Solía venir a Lanús especialmente para comer en el restaurante La Coruña.
Rodolfo dedicó parte de su vida a la gestión cultural, desde el Estado y desde el sector privado. Militante peronista y defensor de la cultura nacional en el espacio que le tocara en suerte, habitualmente participaba de las movilizaciones populares que coincidían con sus ideales. Buen tipo. Se lo despide con tristeza. Quedan su arte y sus recuerdos.

