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Unión vapuleó a un Lanús demasiado alternativo

No pegó una el Granita (léase, reserva reforzada) del Grana en Santa Fe. Cuando estaba jugando mejor, vino el gol de Unión. Un ataque en el que le metió peligro y ocho o nueve jugadores en el área a Unión buscando el empate, derivó en una contra, la falta obligada de Maxi González como último recurso, su expulsión e, increíble, el segundo gol de Unión, de tiro libre. No jugamos y no ligamos. El tercer gol de Unión fue una anécdota. Como Spinelli. Algún día le contaremos a nuestros nietos que Lanús recibió a un joven que huía de la guerra entre Rusia y Ucrania, que le señaló la Fortaleza, le dijo «Esta es tu casa», le dio trabajo y comida, y lo puso de nueve de tanto en tanto. Esperemos que, por este gesto, el Grana reciba al menos el Premio Nobel de la Paz. Y esperemos, sobre todo, que el jueves demos un paso adelante en la Sudamericana. Lanús está mudando de piel y esos procesos son dolorosos, pero pueden ser reconfortantes. Llegaron tres jugadores nuevos, van a llegar dos o tres más en breve. Pero necesitan un torneo en el cual consolidarse. Un torneo en el cual Lanús juegue por algo. Por ahora, la Sudamericana es ese torneo. El nuevo Lanús Mercosur colombo-paraguayo y quién te dice uruguayo, se viene con todo. Habrá que acostumbrarse a nuevos nombres. Los que quería Almirón y los que recomendó el Mellizo. Pero para eso hay que ganar el jueves por más de un gol. Cruzamos los dedos. Vamos Lanús. Vamos.