La amenaza de Alfredo Coto al Municipio de Lanús: «Si cierran la sucursal, no reabre nunca más»
En la nota anterior, un trabajador del COTO75 que habló bajo expresa reserva de su identidad (no diremos su nombre, ni su género, ni el sector donde trabaja) reveló a La Unión de Lanús los detalles del contagio masivo en el Hipermercado, la cantidad de casos confirmados en la sucursal Lanús (ya son 35) y lo increíble del hecho de que mañana, el COTO abrirá de todos modos.
Ahora damos la segunda parte de la conversación, donde se revela la amenaza de Alfredo Coto que parece haber llegado a los oídos de Néstor Grindetti.
-El día del problema con Bufalo, tanto Bufalo como Alfredo Coto, por medio de una llamada telefónica, dijo que si la sucursal la cerraban para hacer la cuarentena, no la iban a volver a abrir nunca más, que iban a derivar los empleados de Lanús a otras sucursales y la de Lanús no la iban a abrir nunca más.
-¿Eso cómo lo dijo?
-Lo dijo por el altavoz del teléfono, hablando con Bufalo, para que lo escucharan los inspectores.
-O sea que el hombre al que Bufalo le decía «Hoy voy en cana, Tito», es Alfredo Coto…
-No, no. Tito es el director de COTO. Con ese estaba hablando Eduardo Bufalo. Pero después habló con Alfredo y lo puso en altavoz, y Alfredo dijo que si cerraban la sucursal, no la iban a reabrir nunca más. Mucha gente vio esa escena, incluso varios clientes. Todavía no se habían ido todos. El inspector hizo que cierren las puertas de COTO y que no entre nadie más. Cuando la gente se está empezando a ir, Bufalo empezó a los gritos y dijo que abran las puertas, que dejen entrar a la gente, que dejen entrar a todos, y como a las dos horas abrió las puertas y entró un montón de gente que se había quedado afuera esperando. Toda esa gente entró toda junta.
-¿En estos días fue mucha gente?
-No, después de que se hizo viral el video, muy poca gente estuvo yendo. Por suerte. Pero siempre están las personas que van y te exigen el tema de la carne, preguntan por qué no hay carne. El día que clausuran la parte de la Carnicería y de Fábrica, en el mostrador pegaron una faja de clausura. Al día siguiente, si vos te acercás a la sucursal, en la carnicería tenés desde el techo hasta el piso una bandera argentina gigante, con dos carteles al costado que informan el protocolo de seguridad, y sobre la faja tenés pegado un cartel de ofertas, cosa que la gente no pueda ver que el sector está clausurado. La gente, cuando pasa por ahí, no sabe que el sector está clausurado. Si no se conectaron a Internet, o no vieron la noticia en las redes sociales, no saben que el sector está clausurado. Entonces preguntan por qué no hay carne, pero nosotros tenemos prohibido decirle a la gente que está clausurado. Tenemos que decirle que no sabemos, o incluso han llegado a pedir que le digamos a la gente que no llegó el camión de carne. Una vergüenza.
-¿Los trabajadores se van a presentar igual mañana?
-Tenemos que ir, otra no nos queda.
-¿Y el sindicato?
-Si me preguntás a mí, no está representando los intereses de los empleados sino los de la empresa. Los empleados tienen que ir a trabajar, tienen que tomar las medidas de protocolo, tomar distancia, ponerse alcohol en gel y lavarse las manos, pero ellos dicen que tenemos que ir porque somos personal esencial y tenemos que alimentar a la gente. No hay otra alternativa. Estamos a la buena de Dios. Cuando había 10 contagiados el Sindicato dijo que si llegaba a aumentar esa cifra, iban a considerar cerrar el supermercado en su totalidad. La cifra ya se triplicó, y más también. Hay 35 casos y nadie piensa en cerrar la sucursal. Estamos desamparados. A los que estaban infectados en su casa, los de la primera tanda, les pidieron grabar un video contando su experiencia. Después subieron los videos a las redes, quedaron como campeones, pero nosotros nos seguimos contagiando. La realidad es que si ya se hicieron cuatro desinfecciones, y la gente se siguió contagiando, te das cuenta que la desinfección no sirve para nada. El mercado no se va a cerrar porque ya dijeron que si cierra no va a abrir nunca más. Entonces otra no te queda. Todo lo tenemos que hacer de forma anónima para que no nos achuren.
-¿Bufalo siguió yendo al supermercado?
-No, Bufalo nunca va a menos que haya un quilombo muy grande. Es la mano derecha de Alfredo Coto. Si no vale la pena, ni se acerca. Me olvidé de contarte algo importante. Cuando la inspección solicita que les dieran el libro de inspecciones, no se los quisieron dar y se los escondieron hasta que llegó Bufalo. Recién cuando llegó le hicieron entrega del Libro de Inspecciones al inspector, y Bufalo es quien se los arrebata de las manos y les dice que no se los iba a dar porque ese libro era de COTO. Creo que no me olvidé de nada más.