Salvaje agresión a una familia de Villa Jardín: casi los matan por culpa de una promesa incumplida de Grindetti
Por Daniel Riera.
Una familia de Villa Jardín fue atacada salvajemente por una patota que intenta amedrentarla para que abandone su hogar y poder despojarla de sus pertenencias. Se trata de la familia de Vicente Insaurraldi, incluyendo a Vicente, su esposa Patricia Álvarez y su hija Daniela Insaurraldi.
El hijo varón de Vicente, David Insaurraldi, describió la dramática situación en la que está su padre a causa de la golpiza: «Se le perforó la pleura, el pulmón se le llenó de aire y tiene dificultades para respirar. Le fracturaron la séptima costilla y esto le perforó la pleura. Ahora le estaban drenando la parte de la pleura para que pueda resperar con normalidad. A su vez tiene sangre en el bazo por los golpes recibidos».

Tal vez recuerdes la historia que alguna vez te contó La Unión de Lanús acerca de Vicente Insaurraldi, ese vecino al que el Municipio de Lanús, bajo la intendencia de Néstor Grindetti, le partió la casa al medio, le prometió reconstruirla en cinco meses y no le cumplió jamás. Tal vez recuerdes la historia y si no, la tenés completa acá.

La nota se publicó en La Unión de Lanús en agosto de 2019, hace casi exactamente un año. Te recuperamos un párrafo acá para que recuerdes el absurdo: una casa partida al medio y una familia que tiene que volverse loca para cuidarla, porque en esa casa está su medio de vida y porque ocupas del barrio quieren quedarse con su terreno, ya que el municipio nunca cumplió con su compromiso de reconstruirles la casa. Si ellos tuvieran una casa hecha y derecha, tal como el municipio se había comprometido a reconstruirles, el problema no existiría. Lo que existe es una construcción precaria.
El 24 de enero de 2017, empleados del municipio de Lanús demolieron la casa donde vivía el señor Vicente Insaurraldi en Villa Jardín, sobre la calle Carlos Pellegrini. Le habían informado que por disposiciones de Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo. ) tenía que estar a más de 35 metros de la cuenta del riachuelo. Acordaron dejar en pie una parte: la que cumplía con ese requisito, y construirle dos anexos para que pudiera seguir haciendo las veces de vivienda y almacén. Pasaron dos años y siete meses: el municipio no respetó el acuerdo firmado, jamás reconstruyó la casa y le arruinó la vida a la familia Insaurraldi. El intendente Néstor Grindetti y su secretario de Desarrollo Urbano Carlos Rubén Ortiz fueron demandados por los delitos de Incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad. La causa sigue abierta y, según denuncian los Insaurraldi, duerme el sueño de los justos.
No es la primera vez que Insaurraldi y su familia reciben este tipo de ataques. Aunque Vicente fue el que peor la sacó, los maleantes también golpearon a la esposa de Insaurraldi, Patricia Álvarez, y a su hija, Daniela Insaurraldi. La causa se encuentra paralizada y los Insaurraldi tienen que montar permanente vigilancia para que no les roben lo poco que tienen. Irse de ahí no es una opción: allí tienen su carnicería-despensa, que es su único medio de vida. La situación se va poniendo cada vez más densa. Este no es el primer ni el segundo ataque que reciben Insaurraldi y su familia por parte de gente que quiere que se vayan para quedarse con sus cosas. Y ni Grindetti ni su secretario de Desarrollo Urbano tienen ningún interés en resolver el gravísimo problema que generaron al no cumplir con su palabra.

