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Vecinos de Escalada se organizan contra la inseguridad y denuncian la inacción de Grindetti y de Kravetz

Por Víctor Lupia

Un grupo de vecinos de Remedios de Escalada se está organizando para buscar soluciones frente a los problemas de inseguridad que afectan al barrio. En diálogo con La Unión de Lanús, manifiestan estar «preocupados y ocupados» porque la gestión municipal no satisface las demandas. «En seis años que tiene este gobierno municipal no hicieron ni un relevamiento, no conocen el barrio. Si no hacemos reclamos constante y organizadamente ellos ni se acercan», señalan los vecinos.

El termómetro del barrio

Se trata de 13 delegados que representan a los vecinos de la zona, y que se reúnen al menos una vez por semana en la Plaza Gardel, de Aconcagua y Héroes de Malvinas. «Somos el termómetro del barrio» define Daniel, uno de los vecinos que comenzaron a organizarse ante la escalada delictiva, y que han llegado a reunir unas 600 firmas en reclamo de medidas de prevención que la Municipalidad les viene negando sistemáticamente.

«Ninguna de nuestras propuestas fueron atendidas», en cambio «las respuestas que nos dan están en función de sus prioridades, como el marketing», y es por eso que siempre ponen el foco en lo estético del centro de Lanús «y la periferia queda relegada», lamentan Raúl y Julio, dos de los vecinos organizados en Escalada. También cuentan que se reunieron con Claudia Serapio, quien es Directora General de Relaciones con la Comunidad en el gabinete de Grindetti, y solamente les dijo: «Trabajemos en conjunto». Los vecinos no se conforman con esa respuesta porque significa que ellos mismos terminen haciendo el trabajo de prevención que le corresponde a la policía. Además Cristina, otra de las vecinas, indica que la Municipalidad había anunciado la incorporación de veinte móviles blindados, y que luego Serapio les dijo que son sólo diez, a los cuales hasta ahora no han visto patrullar las calles.

Las «caras extrañas» de Kravetz

En el último año se han realizado asambleas con vecinos, con comisarios, se han creado grupos de WhatsApp y alarmas vecinales, todo impulsado por los propios habitantes del barrio, quienes ahora comenzaron a trabajar en un foro de seguridad y analizan la posibilidad de crear una unión vecinal. El primer contacto que realizaron fue con la comisaría 10°, donde se excusaron con que no tienen recursos, y donde el comisario les respondió que «tienen que votar mejor». Luego se acercaron a la Defensoría del Pueblo y que allí pudieron acercarlos a algunos concejales para transmitirles sus demandas.

Por último, consiguieron una reunión con Diego Kravetz, quien además de ser la mano derecha de Grindetti es el máximo responsable de la seguridad en Lanús. Cuentan los vecinos que le solicitaron un mayor patrullaje con regularidad, garitas, y cámaras en la parte interna del barrio; pero Kravetz apenas les ofreció dos botones antipánico por cuadra y corredores de seguridad en horario laboral. Además, comentan que en la reunión se dedicó a estigmatizar según portación de rostro, y hasta llegó a plantear que en un futuro podrían montar un sistema de seguridad que detecte caras y «movimientos extraños».

Mientras tanto, continúan los robos violentos, las entraderas, chicas seguidas en la calle por una camioneta blanca, y demás hechos de inseguridad que no permiten que los vecinos transiten tranquilos por su barrio ni puedan dormir de noche por miedo a que les entren a sus casas. Según este grupo de vecinos, el director de Protección Ciudadana, Pablo Chiaramonte, les dijo que tiene todo bajo control, pero los patrulleros no aparecen.

«Tienen otra cosa en la cabeza»

No es la inseguridad la única preocupación de los vecinos de Escalada. Comenzaron a entablar diálogo con personas de barrios cercanos, y coinciden en la inacción municipal tanto en materia de seguridad como de infraestructura: las inundaciones son permanentes; y la poda y el bacheo brillan por su ausencia, lo que obligó un cambio de recorrido del colectivo 299. Otro problema que remarcan es que no cuentan con un cajero automático cercano: «Tenemos que ir hasta Lanús o hasta Banfield», y esos viajes obligados potencian los riesgos en tiempos de pandemia. «Emergen las falencias y las necesidades insatisfechas» de parte de la Municipalidad, sintetizan los propios vecinos.

«La delincuencia es un proceso que tiene que ver con la crisis económica que arrastrábamos y que la pandemia agravó. No esperamos resolver el problema de la delincuencia, sino que las autoridades nos den una respuesta, pero no ha llegado. No cumplen con lo que les corresponde, con su laburo: Kravetz tiene otra cosa en la cabeza», analiza este grupo de vecinos. Agotadas todas las instancias de diálogo con la Municipalidad, ahora esperan poder llegar a conversar con algún funcionario provincial que les acerque alguna respuesta frente a la ausencia municipal.

(Fotos: Mauro Ferrero)