Conurbano: la tierra donde las cloacas son cloacas y no otra cosa
Por Leonardo Torresi.
La verdad es que hay todo un tema con el conurbano y la infraestructura. Es innegable que se parte de una carencia. Pero donde hay una carencia siempre hay una ilusión. Y en términos de progreso, si hay una palabra que representa la esperanza en amplias zonas del Conurbano, es la palabra cloaca.
Conurbásico: ser del conurbano es estar de un lado de la palabra cloaca.
Del otro lado están quienes siempre las tuvieron y no necesitan hacer demasiadas indagaciones sobre el destino de lo que desechan por el inodoro.
En el lenguaje periodístico, que ya sabemos que tiene muy poco de polisémico y bastante menos de conurbásico, una cloaca es siempre un escenario indeseable: en AFA, la AFI, la AFIP, “se destapó un cloaca”.
Porque en el centro, la cloaca es lo que transporta: la mierda. En los barrios, la cloaca es el caño, tan esperado.
Mucho más que el sueño de la despedida del camión atmosférico y sus mangueras como boas enroscables: la esperanza de un cambio de vida y la ilusión de un futuro.
Y acá también se marca una diferencia crucial: La capital es el lugar donde las cosas estaban de antes, mientras que en el conurbano estábamos nosotros primero.
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