Gravísimo: denuncian que dos concejalas de Grindetti y Kravetz intentan apoderarse de dos clubes de barrio
La historia es increíble. El Municipio de Lanús impulsó dos «golpes de Estado» en sendos clubes, en el afán de quedarse con ellos. Nos referimos al club 9 de julio, de Lanús Oeste, de cuya usurpación participa activamente la concejala Claudia Serapio, y al club Santa María, de Monte Chingolo, de cuya usurpación participa activamente la concejala Gladys Espinoza. Detrás de ambas está inequívocamente, la mano del intendente Néstor Grindetti y su jefe de gabinete, Diego Kravetz. Leé y sacá tus propias conclusiones.
Club Atlético 9 de julio. Jujuy 1769. Lanús Oeste.
El que habla era el vicepresidente del club, Fernando Peidró, que cometió el pecado de no comulgar con el macrismo.
-¿Qué pasó en el 9 de julio?
-En el club los cargos de la Comisión directiva se renuevan por mitades cada dos años. En diciembre se venció el cargo del presidente Pablo Coronel, la tesorera Alejandra Olmedo y la secretaria Claudia Avendaño. Manejan el club ellos con una persona que se llama Diego Carballo, funcionario de la municipalidad. Carballo es un cuadro de la concejal del PRO Claudia Serapio, que no tiene ningún cargo en el club pero es el cerebro de todo esto. Los dos responden a Diego Kravetz. Los alquileres de cancha son para el club y se los estaba quedando el presidente, junto con el buffet. Lo que deja plata en el club es el alquiler de la cancha y el uso del buffet: lo que pasa es que un club no es sólo para ganar plata, por supuesto. El presidente empezó a sacar actividades. Primero sacó el patín, sacó el hockey femenino, sacó el básquet femenino y el baby fútbol. Cuando vino por el básquet masculino éramos muchos los socios, entonces bueno, pudimos pararlo, e inventamos el básquet mixto para que las jugadoras pudieran entrenar con nosotros y no se quedaran sin su disciplina. Ante nuestras denuncias en las redes sociales, empezó a retomar algunas de las actividades abandonadas, pero a modo de escuelita, para que no le ocupen horarios de alquiler de cancha, o en horarios marginales. Acá la falta grande es que el presidente tiene la concesión del buffet, el alquiler de la cancha, el alquiler del salón, y el club se convirtió en un club privado de ellos a disposición del municipio. Los mandatos de ellos se vencieron en diciembre del año pasado. Estamos pidiendo elecciones para presentar una lista para cubrir esos cargos. Yo tengo mandato vigente. El tema es que cuando ellos se dieron cuenta que tenían una lista opositora que no comulga con ellos, se lo tomaron como algo personal y empezaron a hacernos la vida imposible para que el club quedara a disposición de ellos. Kravetz dijo en una reunión con socios que los clubes eran las unidades básicas del PRO, que no se podían perder. Claudia Serapio a mí me dijo lo mismo. «Los clubes son espacios nuestros».
-¿Y cómo hicieron ellos para quedarse con el club?
-Empezaron a hacer socios truchos, se robaron el libro de actas, el libro de socios, los planos del club. Se los intimó por carta documento a presentar el libro de socios del club: cuando lo presentaron tenía 300 socios truchos con fecha de asociados falsa para que puedan votar. No es gente que acude al club, hay gente que tiene domicilios en Adrogué, en Glew, en Lomas y los que tienen domicilio en Lanús no se los vio nunca. Hicieron una asamblea trucha que no se notificó en ninguna parte: ni en medios locales y ni siquiera con pasacalles, con patrulleros en la puerta del club, con un micro que llegó y se bajaron 40 personas, se «votó» sin la participación de los socios y asumieron ellos como «nueva» comisión directiva, con Diego Carballo como presidente y el anterior presidente, Pablo Coronel, como secretario. Luego dejaron de cobrarles a más de 200 de los 358 socios que tenía el club y los dieron de baja. Hicimos una reunión de socios en el club y nos hicieron una denuncia policial acusándonos de haber entrado por la fuerza, lo cual era mentira porque yo era el vicepresidente y tenía llaves. Entonces cambiaron las cerraduras del club y no nos dejan ir siquiera los fines de semana, que era cuando jugaban los nenes y las nenas al básquet. El club abre sólo los días domingo si hay alquileres de cancha: si no, no abre. Empezaron a inventar reuniones de Comisión Directiva a las que no asistíamos porque no existían y nos empezaron a expulsar de la CD por no asistir. Les mandamos carta documento, pedimos una asamblea y nos la negaron. Ahora nos están nombrando «personas no gratas» para que no podamos entrar.

Club Santa María. Víctor Hugo 440. Monte Chingolo.
El despojo se consumó durante las PASO, a través de la concejala Gladys Espinoza. El Club tiene una sala de primeros auxilios que, por decisión unilateral del municipio, se convirtió en una delegación municipal. El despojo se consumó durante las PASO. El que cuenta la historia es el presidente del club, Damian Mata. «El club se usa en las elecciones como sede. En la sala de primeros auxilios suelen dormir los gendarmes que están de custodia. Vaya a saber por qué, el día de las PASO la directora de la sala de primeros auxilios le dio las llaves a la concejala Gladys Espinoza para que abriera. Espinoza se apropió de las llaves y puso un cartel del municipio que dice «Subdelegación municipal». En estas elecciones ya no les abrió a los gendarmes y nos informó que en cualquier momento iban a venir el señor Diego Kravetz. Cuando intentamos abrirla nosotros, descubrimos que le había cambiado la cerradura. Nos dijo un montón de tonterías, que el club lo van a cerrar en cualquier momento porque es un nido de vagos, que se hacen fiestas clandestinas y un montón de mentiras por el estilo. Directamente, el municipio se robó la sala de Primeros Auxilios, que es del club y del barrio.
Esta tarde, los socios del Santa María y los vecinos del barrio se movilizan al municipio para reclamar contra el despojo de la sala de Primeros Auxilios, que además es una necesidad para el barrio. Estarán allí a las 17.30.