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Calma, agoreros: el peronismo está de pie

Por Omar Dalponte

Claro que dentro del peronismo, y por consiguiente en el seno del gobierno nacional y en casi todos los lugares donde gobierna el Frente de Todos hay disputas, enfrentamientos, discusiones, tironeos, algunos codazos y fricciones de todo tipo. Quien se sorprenda por esto seguramente no conoce la historia del peronismo, está en el abc de la política o, influido por el mensaje que recibe de parte de los medios de comunicación mentirosos, tiene bloqueada su capacidad de análisis.

Por supuesto que no son pocos los que aprovechando los dimes y diretes del oficialismo siembran cizaña, meten miedo, echan leña al fuego y agregan, en la medida que pueden, elementos negativos para profundizar las diferencias e incrementar la confusión existente en la sociedad. No es extraño, por eso, que algún pobre diablo que no tiene tierra ni en el ombligo opine a favor de los terratenientes, de las grandes corporaciones agrarias y que cualquier tipo del medio pelo que, aún habiendo padecido el desastre ocasionado por el macrismo, por bronca nomás hacia el peronismo siga creyendo en quienes lo dejaron en la lona. Tampoco faltan quienes se entusiasman con los disparates de algunos idiotas como Milei o Espert que recitando un manual del pequeño nazi ilustrado vomitan barbaridades desde el territorio de los delirios.

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Lo cierto es que en medio del revoltijo nacional en que la devaluación de la política es una triste realidad y como dice la letra del tango: “La razón la tiene el de más guita/La honradez la venden al contado/ y a la Moral la dan la dan por moneditas”, mientras el que labura como un buey pasa las de Caín, el desocupado vive de limosnas y con suerte come una vez al día , una minoría privilegiada hace lo que quiere, condiciona al gobierno y ahora pudo armar una fuerza política que por esas cosas extrañas de la vida tiene apoyo electoral de sectores domesticados dispuestos a lamer las manos de quienes los castigan. Así es que a pesar de “andar de la cuarta al pértigo” hay gente que vota a Larreta en la capital y macrismo en otras partes por el solo hecho de no tragar peronismo. Raro. Pero real.

¿Y entonces? No es pateándonos los tobillos entre nosotros como vamos a sacar a nuestro país adelante. No es tampoco haciéndonos los simpáticos con los causantes de nuestras miserias como lograremos cumplir con el mandato que recibimos en 2019 cuando desalojamos del gobierno a la banda macrista y prometimos poner las cosas en su debido lugar. Comprendemos las enormes dificultades que tuvieron que afrontar Alberto Fernández y sus designados para reparar los daños del macrismo y defendernos del flagelo de la pandemia . Pero ahora, además de la recuperación de la Argentina, frente a la insensibilidad de quienes provocan inflación y ponen el precio de alimentos esenciales por la nubes haciendo imposible la vida de los sectores populares, es imprescindible actuar con coraje y firmeza. Los demasiados buenos modales con los verdugos del pueblo no sirven para nada. Nunca es bueno poner el alma a disposición del Diablo. Es inadmisible que siendo Argentina un país con capacidad de alimentar a cientos de millones de personas haya familias enteras que pasen hambre. Todo esto lo sabe hasta el más desinformado de quienes aquí vivimos y para revertir esta situación hay que poner lo que sea necesario poner. Recursos tenemos. Hay que apoyarse en la fuerza de nuestro pueblo, en su capacidad de movilización , en la seguridad de que la razón nos asiste. Es muy probable que la situación a nivel mundial se complique aún más en los próximos meses y para hacer frente a lo que se viene es muy importante la tranquilidad y el normal abastecimiento interno, simplemente garantizar a los argentinos una vida normal. Es conveniente y necesario fortalecer a nuestros dispositivos políticos como el Partido Justicialista y el Frente de Todos. Mantener una buena relación con las diferentes expresiones del movimiento obrero organizado y las organizaciones sociales que luchan por el pan, el techo y la tierra. La institucionalización del Frente de Todos, poner en operaciones al PJ, promover la actividad militante en los barrios, respaldar y sostener a Cristina como conducción estrátégica del kirchnerismo e impulsar la figura de Máximo Kirchner para un rol preponderante en 2023, deben ser realizaciones a concretar para obtener una victoria rotunda en las próximas elecciones. El triunfo es muy posible si hay voluntad, coraje y decisión política. Impongamos nuestra fe y fuerza militante sobre el pesimismo y la debilidad moral de los agoreros que siendo funcionales a los enemigos del pueblo dan por perdidas batallas que aún no han ocurrido . ¡Calma agoreros! El peronismo está de pie con 77 años de historia sobre sus espaldas.