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¡¡Vaaaaaaamooos carajoooo!! Lanús le ganó el clásico a Banfield en su cancha y tuvo la mayor alegría del año

Triunfazo, por donde se lo mire. Para qué vamos a mentir. Triun-fa-zo. 2 a 1 en la cancha de ellos, cuando veníamos últimos, cuando nos costaba tanto. En un partido áspero, el Grana derrotó de visitante al Taladro en su cancha y se sacó la mufa. ¡Y cómo! Muy calientes se quedaron los hinchas del equipo local, que habían acudido en masa y creyeron que éramos pan comido. Claro, venían de ganarle a River en su cancha, el Grana no daba pie con bola, pero se sabe, un clásico es un clásico. Hasta aquellos que puteaban con entusiasmo a Monetti hoy deberán reconocer que se atajó todo. Hasta aquellos que reclamaban «huevos» a los gritos, deberán reconocer que si algo sobró esta tarde en Peña y Arenales fue eso, y quien lo aportó fue el visitante. Concentrados, inteligentes, atentos, el cuchillo entre los dientes, cada pelota como si fuera la última, algún segundo de más en el suelo. Claro, es un clásico, a llorar a la iglesia. Estamos felices. Y orgullosos. Vamos que salimos del pozo. Vamos, Grana querido. Y gracias.