Algunas ideas sobre la crisis de Lanús
Por Daniel Riera.
El partido contra Independiente del Valle fue una de las jornadas más tristes que este hincha y socio de Lanús recuerda. No tanto por la contingencia futbolística como por las circunstancias en que se dio: la sensación de un equipo impotente, incapaz de revertir un resultado. La sensación de que la pólvora estaba demasiado mojada como para permitirnos la módica hazaña de ganar 1 a 0 con un hombre de más y forzar los penales. A partir de ahí, de esa sensación triste que dejó y viene dejando nuestro equipo, cabe analizar un poco cómo llegamos hasta acá. Y digo «llegamos», en nosotros, porque me siento parte de ese sentimiento colectivo, porque la derrota de ayer (porque fue un empate, pero todos sabemos que también fue una derrota) me agarró en la platea de la Fortaleza. Porque el fútbol no es la muerte de nadie, pero tampoco es un hobby como coleccionar estampillas. Va entonces este aporte, con la esperanza de que el fin de la crisis futbolística se supere rápido y estas palabras queden viejas cuanto antes.
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- El segundo ciclo de Jorge Almirón fue malo, tirando a pésimo. Da la sensación de que nunca creyó en las posibilidades que le brindaban los jugadores que tenía. Sospecho que pensó en potenciar a De la Vega como el eje de su equipo (lo dijo, incluso, al asumir) y que la grave lesión del pibe lo dejó sin respuestas. Luego de una serie de cambios de jugadores y de esquema que llegaban a marearnos a todos y sobre todo a los futbolistas, el 4-4-2 adoptado tras la paliza de Vélez sirvió provisoriamente para obtener cierto equilibrio y algunos resultados, pero Lanús nunca fue un equipo que llenara la vista ni que garantizara eficacia, como lo era aquel equipo de … Almirón, que nunca borraremos de nuestro corazón y de nuestras retinas.
- ¿Tenía Lanús, antes del último éxodo, jugadores como para pelear el campeonato? Nunca lo sabremos, porque jamás lo hizo. Nombre por nombre, da la sensación de que aun estando un escalón por debajo de Boca y River, no estaba tan mal. Pero el funcionamiento colectivo no apareció.
- Tenía un goleador de 20 años y otro de 40, a la sazón el máximo ídolo del club. Juntos, se potenciaban. Ocurría con Zubeldía, dejó de ocurrir con Almirón. En busca de un equilibrio defensivo que el equipo claramente necesitaba, Lanús perdió la frescura y tampoco encontró del todo el equilibrio.
- La apertura del libro de pases y el éxodo de futbolistas desarmaron al plantel en medio de una competencia internacional. González, Malcorra, Valeri, y ni hablar de Bernabei, el Flaco López, con las irregularidades de todos, fueron jugadores que al irse no tuvieron reemplazo. La dirigencia se confió demasiado en que pasaba con éxito esta transición y el técnico tampoco alzó la voz con la claridad suficiente. Ahora es tarde.
- Párrafo aparte para Valeri. Merecía otro trato. Si Almirón no lo quería, debió haberlo dicho antes. Aún en el último tramo de su carrera, es un distinto y es un ídolo del club. Y tampoco es que a Lanús le sobrara tanto como para no necesitarlo. Estoy seguro de que, con más minutos en cancha, podría haberle dado a Lanús más alegrías.
- La ecuación pibes- experimentados es siempre difícil de llevar. Los pibes son siempre el principal activo del club. El riesgo es quemarlos. Duele decirlo, pero a López lo vendimos a tiempo porque había comenzado su declive y, con un equipo que no respondía, no tenía mucho para hacer.
- Monetti entró con el pie izquierdo en su regreso a Lanús. Un par de goles tontos de entrada. Hace varios partidos que ataja entre bien y súper bien: no tiene ninguna responsabilidad en la actual crisis. Sin embargo, lo siguen puteando. Vaya uno a saber por qué, considerando que el suyo es un puesto que está muy bien cubierto.
- ¿Cuánto hace que Lanús no trae un jugador que te ilusione? Recuerdo cuando Cúper pidió un solo jugador: Hugo Alberto Morales. Lo bien que hicieron en darle bola. Algunas veces puede fallar. Pasó con Arley Betancourt, pasó con Luciano De Bruno. El fútbol no es una ciencia exacta, felizmente. Recuerdo a Miguelito Almirón. Fue el último. ¿A qué me refiero? Es muy sencillo: ese jugador que por sí solo te convoca a la cancha. Ese súper habilidoso, ese tipo que te gana partidos y te llena la vista. ¿Lo será Boggio? Dios lo permita.
- Después del paso de Almirón por Lanús (el primero) cambiamos nuestras exigencias. Queremos que Lanús pelee todos los campeonatos, no que deambule por ellos. No es obligación ganarlos, pero sí jugarlos con alguna pretensión.
- Lanús trajo cuatro refuerzos, que con la ansiedad reinante no van a tener tiempo de adaptación. Ojalá les vaya bien. Necesita más. Necesita recuperar el poder de fuego. Otro nueve urgente. Alguien que combine con Pepe, que dicho sea de paso, dijo más de una vez que se retira en cuatro meses. Varaldo está verde todavía. Llevémoslo de a poco. Lanús necesita recuperar la alegría perdida. Germán Cano no pegó una en la Primera de Lanús y fue un supergoleador en Colombia y en Brasil. ¿Tendrá una segunda oportunidad? No ocurrirá este año, ojalá ocurra alguna vez.
- ¿Tiene fuego amigo Lanús? Sí, mucho. Demasiado. Twitter es una usina de odio. Se nota mucho, muchachos. Mucha histeria, muchas ganas de que a Lanús le vaya mal para seguir puteando y seguir diciendo «te lo dije». Mucho guapo del teclado. Nunca entendí a Twitter. La gente que lo usa es poca, en relación con otras redes sociales, pero el daño que hace es mayúsculo.
- Tanta gente pidiendo a Heinze o a Beccacece como si fueran la solución… ¿Cómo lo saben? Los dos han tenido ciclos buenos y ciclos malos. Ningún entrenador garantiza por sí solo el éxito.
- Los interinatos sirven para ir probando sin incendiar a nadie. Rodrigo Acosta hizo un gran trabajo en la Reserva. Afronta un par de partidos, prueba, intenta levantar el muerto. Si lo logra en estos dos partidos, ¿por qué no darle una oportunidad con el primer equipo? Vamos de a uno, partido a partido. Tarde o temprano, Rodrigo será el técnico de Lanús. No es necesario que sea ahora mismo, pero tampoco hay por qué descartarlo antes de tiempo.
- El ciclo de Di Placido estaba cumplido. El de Pasquini, ni te cuento, lo que nos lleva a una pregunta: Si Aude juega en el Sub-20, ¿por qué no juega en Lanús?
- ¿Se apuró Lanús en ceder a préstamo a Matías Esquivel? Sí, decididamente sí. El día de la lesión de De la Vega, lo comprendió dolorosamente. Ese tipo de jugadores es el bien más escaso en el fútbol argentino, casi diría en el fútbol mundial. Si tenés uno, no lo largues así como así.
- Lo de Spinelli fue una joda que quedó. Seamos respetuosos de nuestra mejor historia. Basta.

