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A los besos en La Casa del Encuentro: la oposición dio un golpe político impactante en Lanús

Por Daniel Riera.

Unos segundos antes de que Edgardo Depetri hablara de la «unidad en la diversidad» para derrotar al macrismo, el ex intendente de Lanús y actual senador provincial Darío Díaz Pérez saludaba con un beso en la mejilla a Julián Álvarez, su clásico archirrival en el peronismo local. Cada cual había aplaudido el discurso del otro, ambos aplaudieron el discurso de Depetri.  Todo esto sucedió, valga la coincidencia dialéctica, en la inauguración de La Casa del Encuentro, la enorme y coqueta unidad básica de Nuevo Encuentro ubicada en la calle Sitio de Montevideo al 1200, a metros de la estación. La concejala Natalia Gradaschi estaba exultante, como le sucede a la gente cuando organiza una fiesta, vienen todos los invitados  y suceden cosas que la convierten en inolvidable. El fundador y presidente de su partido y orador que cerró la noche, Martín Sabbatella, fue testigo de uno de los hechos políticos más importantes que produjo la oposición en el distrito: los referentes de los tres bloques en que está dividida la Unidad Ciudadana le hicieron saber a la sociedad que la unidad es posible. «Somos compañeros y tenemos como límite a Macri, tenemos que hacer lo que sea para ganarle el año que viene”, dijo Julián Álvarez mientras los demás aplaudían, entre ellos el concejal Leandro Decuzzi, referente de La Cámpora, que fuera el lugar de pertenencia de Álvarez hasta poco después de las elecciones de 2015.

Díaz Pérez, Decuzzi, Gradaschi, Depetri y Julián Álvarez, todos bajo el ala de Cristina. Foto Gentileza Rocío Parafioriti

“Hay una voluntad de no discutir cuestiones personales sino un proyecto colectivo», dijo Depetri. “Tenemos la responsabilidad de construir más fuerte que nunca la unidad de todas las organizaciones que nos reconocemos bajo la conducción de Cristina y quienes creen que el neoliberalismo mata, una unidad más grande», dijo Gradaschi.  “Uno de los compromisos es no dejar que la gente de Lanús se confunda y se olvide que Macri tiene su agente en Lanús que se llama Grindetti», dijo Díaz Pérez. En el mismo tono, el invitado especial Martín Sabbatella, sumó: «Necesitamos unidad para lograr que el 10 de diciembre de 2019 sea el último día de la derecha argentina». Los discursos son intercambiables, el sentido es claro, la palabra «unidad» es el denominador común y el gesto fue poderoso, incluso visualmente. Entre bondiolitas y cervezas (correlato nuevoencuentrista del choripán y vino peronista) y ante cientos de personas, mayoritariamente militantes, mayoritariamente jóvenes. quedó clarísimo que algo se corrió, que algo ya no está donde estaba antes. Está claro que lo que hay que discutir no es programático: de hecho, los tres bloques de concejales (el de Depetri-Gradaschi-Decuzzi, el que responde a Díaz Pérez y el que responde a Álvarez ), suelen votar en sintonía en el Concejo Deliberante local. Lo que hay que discutir es acaso lo más áspero de la política: quién va acá, quien allá, quién acullá. Anoche pareció quedar clarísimo que esa voluntad existe. Fue una noche de fiesta, fue una noche de rosca y fue una noche de gestos. A los besos, trabajando para limar durísimas asperezas históricas, la oposición produjo un hecho político fuerte y esperado. Ahora queda lo más difícil: plasmarla en una lista y ponerle fin al macrismo local. Devorarse a Grindetti, como a las bondiolitas.