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Coronavirus en CABA: murió Ramona, la vecina de la Villa 31 que reclamaba la falta de agua en plena pandemia

“Soy parte del grupo de riesgo y hace doce días que estoy sin agua en mi casa”, afirmó Ramona Medina, la semana pasada. Este domingo murió a los 42 años por coronavirus. La vecina de la Villa 31, además vocera de la organización La Poderosa, estaba internada desde hacía tres días en grave estado de salud. Era insulino-dependiente.

Ramona denunció en múltiples oportunidades la falta de agua en el barrio durante la pandemia. Sin embargo, el gobierno porteño no hizo nada. “Nos piden que nos higienicemos, que nos lavemos las manos, que tengamos mayor cuidado, que nos pongamos tapabocas, que no salgamos a la calle. ¿Y con qué lo hacemos si no tenemos agua?”, reclamó la vecina días atrás.

El resto de su familia, con la que convivía, también se encuentra infectada de COVID-19. Dentro de ella se encuentra una de sus hijas que padece una discapacidad múltiple.

Con la confirmación de 113 nuevos casos positivos en las últimas 24 horas, los diagnósticos de coronavirus ascendieron a 1.201 en las villas y asentamientos, de los cuales 141 ya se recuperaron, según informó esta mañana la administración de Horacio Rodríguez Larreta. El gobierno porteño, a pesar de su profundo blindaje mediático, no puede ocultar que la ciudad con más recursos se ha convertido en el epicentro de contagios del país.

«NOS MATARON A RAMONA» (comunicado de La Poderosa)

Apretando los dientes, golpeando el teclado, aguantando la rabia y escupiendo lágrimas, nos toca escribir ahora esta mierda, para decirles todo eso que Ramona les dijo en tiempo pasado, todo eso que nos cansamos de gritar durante dos meses, todo eso que no quisieron escuchar, ni cuando postergaron 4 años la relocalización de su familia, ni cuando pedimos que registraran a los grupos de riesgo, ni cuando escondieron sus denuncias para cuidarse, ni cuando callaron por plata, ni cuando nos dejaron sin insumos en todas las postas de salud, ni cuando maquillaron la realidad con programas fantasmas, ni cuando jugaron a cubrirse las espaldas, ni cuando publicamos el primer contagio en la Villa 31, ni cuando demostramos que no habían aislado a tiempo a la primera fallecida, ni cuando denunciamos que no estaban asistiendo a los demás, ni cuando dejaron 12 días al barrio sin agua, ni cuando gritó desesperada que tenía 7 personas de riesgo viviendo hacinadas, ¡Ramona no se murió! A Ramona la mataron los dueños del silencio, los cómplices de la indiferencia, los mudos de la justicia, ¡la mataron! Y ahora quién carajo nos explica cómo seguir, cómo seguirá su familia íntegramente internada, cómo seguirán sus hijas Maia y Guada, en silla de ruedas, contagiada, con oxígeno, con discapacidad, sin hablar, totalmente dependiente, ¡ahora sin su mamá!

Esto es un crimen.
Y no vamos a parar,
¡hasta que paguen todos los responsables!

NO PODEMOS MÁS.

#JusticiaPorRamona