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Kravetz, Villa, Serapio y compañía: los que privatizaron el club Centenario quisieron quedarse con el 9 de julio

¿Casualidad? No lo creemos. Una gran cantidad de nombres coinciden entre la lista armada por el macrismo para quedarse en el club 9 de julio y la comisión directiva del club Centenario de Monte Chingolo. También en el club 9 de julio intentaron -y lograron durante un par de años- apoderarse de una institución centenaria, vaciarla de sentido y de contenido y utilizarla como una máquina recaudadora. La conexión entre ambos casos es clara: Ana María Pierangeli, prosecretaria del club Centenario, era candidata a tesorera del 9 de julio; Gustavo Genovese fue candidato a primer vocal titular del club 9 de julio y es vocal titular del club Centenario. Genovese es el esposo de Claudia Serapio, la secretaria y recaudadora del Centenario. Serapio no figuraba en la lista del 9 de julio, pero fue, según el actual presidente del club 9 de julio, Fernando Peidró, «el cerebro de la maniobra para quedarse con el club», y quien le dijo, literalmente «los clubes son espacios nuestros». En la lista de vocales titulares del Centenario figura Diego Carballo, quien ¡oh, casualidad!, también había sido presidente del club 9 de julio, aunque no participó de la lista porque, según Peidró «era el más piantavotos de todos». La boleta de la lista «amarilla» en el 9 de julio no fue encabezada por Kravetz, pero sí por Marcelo Villa, concejal mandato cumplido y actual candidato a concejal por el PRO. En la boleta del 9 de julio también estaba Romina Di Giovanni, actual candidata a concejala por el PRO.

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En noviembre de 2021 te contamos cómo fue el «golpe de Estado» en el club 9 de julio, cómo se lo vació de actividades sociales para usufructuar a cambio el alquiler de la cancha y el del salón y cómo mediante asambleas truchas que no eran notificadas, «inflación» del padrón con socios truchos, bajas a los socios verdaderos y desaparición del libro de actas y los planos del club, un sector de la comisión directiva se había quedado con el club.

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La lucha por recuperar el club requirió reclamos varios ante la justicia llegó hasta enero de 2023, cuando las actuales autoridades, encabezadas por Fernando Peidró, triunfaron en los comicios ante la lista encabezada por Villa por apenas dos votos. Según denunciaron, había nada menos que 280 socios truchos.

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 Aún después de ganar las elecciones (las autoridades salientes se tomaron su tiempo para entregar el poder), la nueva comisión directiva se encontró con algunas sorpresas ingratas; falta de mantenimiento absoluta, oficinas del club convertidas en depósito de chatarra, los sanitarios destruidos, la pileta de natación inutilizada, problemas eléctricos y así sucesivamente. Y no dejaron nada sin robarse: faltaron dos aires acondicionados, una escalera telescópica de 30 metros, un proyector, seis cámaras de seguridad, dos heladeras, un freezer, sillas, mesas, tablones, caballetes, las fichas de los socios y las fotocopias de sus DNI, así como 450 mil pesos producto del reempadronamiento de los socios. Como no habían pagado impuestos y servicios, dejaron una deuda de alrededor de 700 mil pesos, no había agua y la línea telefónica estaba cortada por falta de pago. Como ya no podían quedarse con el club, optaron por saquearlo y hacerle el mayor daño posible. Esta misma gente es la que privatizó el club Centenario de Monte Chingolo.