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Máximo Kirchner: «Tenemos que evitar que alguien que propone el odio siga gobernando la Argentina»

El viernes 23 de noviembre, en el marco del II Congreso de Filosofía y Geopolítica «Néstor Kirchner», celebrado en la Universidad de Lanús, el diputado nacional Máximo Kirchner brindó un extenso discurso en el cual analizó la actual coyuntura de la Argentina bajo el macrismo, los desafíos que enfrenta la oposición si pretende volver a convocar a las mayorías populares y los que enfrentará luego a la hora de gobernar en el país que le está dejando el actual gobierno, fuertemente condicionado por los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional. Aquí se reproduce por primera vez el texto completo.

Compañeros, compañeras: Quiero primero agradecer al Gallego [Fernández], a los compañeros y compañeras que me precedieron en la palabra, con los cuales vinimos caminando hace largos años todos juntos, a todas y todos los que están presentes hoy un viernes a la tardecita dejando ese tiempo que muchos dedican ya terminando la semana al ocio o a volver a sus casas para estar acá y entre todas y todos buscarle el agujero al mate en estas situaciones que va atravesando la Argentina a partir de la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de la Nación el 10 de diciembre de 2015.

La gran mayoría de los argentinos vive peor»

Creo que en dos o tres semanas se van a cumplir tres años desde que este gobierno se hiciera cargo institucionalmente de la Argentina. Creo que hay una situación que es objetiva: no es subjetiva, no tiene que ver nuestra mirada sobre cómo puede gobernar, hablar o expresarse el presidente de la Nación, sino que tiene que ver con una condición objetiva, que es que la gran mayoría de los argentinos viven peor. Esto no es discutible de un lugar ni de otro lugar: el gobierno fracasó de principio a fin en mejorar la calidad de vida de los argentinos, si recordamos que su propuesta había sido que se podía vivir mejor. Lo único que han hecho en estos tres años es demostrar que la Argentina podía estar peor. Esto creo que es importante expresarlo así, porque después muchas veces cuando desandemos algunos temas podemos hablar un poquito más de las subjetividades y de cómo entendemos nosotros que debe ser la realidad de un país o hacia dónde debe estar orientada su producción, su educación, su ciencia, el cuidado de sus recursos naturales. Pero aquí lo importante es que se vive peor. Es objetivo. No hay número en la Argentina que demuestre una situación contraria a esto.

Todas las variables que podían desmejorar las desmejoraron»

Todas las variables que podían desmejorar las desmejoraron. Si uno ve muy bien en ese día del desarrollo puede observar que por ejemplo, cuando uno mira estas cuestiones que se revelaban en su momento como si fueran a morigerar los males que sufría la Argentina… doy un ejemplo con las retenciones a la soja. Las retenciones a la soja, al terminar el gobierno de Cristina el 9 de diciembre de 2015 eran del 35 por ciento, si no me olvido. Hoy por hoy creo que tras el último decreto quedó el 18 por ciento, a lo que hay que agregarle cuatro pesos por cada dólar que se exporta. Si hoy no me equivoco, hoy les volvió a subir otra vez el dólar y estaba en 37 o 38 casi. Cuando vemos esos cuatro pesos estamos hablando de un 11 o 12 por ciento por dólar, que habría que sumarle al 18 existente, lo cual nos daría una retención de 28 o 30 puntos, casi iguales a las que había al 9 de diciembre de 2015, pero con una gran diferencia: 55 mil millones de dólares tomados de deuda con el Fondo Monetario Internacional, 120 mil, 125 mil millones con acreedores externos, entre los que están los famosos buitres, dos dígitos de desocupación que anunciará el Indec, seguramente 10,5 u 11, y eso en el conurbano son 17 o 18 puntos de desocupación, empobrecimiento generalizado de las grandes mayorías argentinas. Entonces creo que en ese comienzo, donde nos decían que a la Argentina le iba a ir bien, le fue -tal cual nosotros siempre lo dijimos- irremediablemente peor.

Y en esta situación que se plantea muchas veces en la discusión, ¿no?, cada uno a su manera expresando en el fragor de la batalla, en cómo se comunica, en esto que se denomina “fake news” para llamar alegremente a las mentiras, o a las operaciones, creo que hay que hacer -y que por eso este tipo de encuentros y congresos sirven- cómo podemos llevar al llano aquello que nosotros por naturaleza militante, por curiosidad por aprender, por querer saber, casi ni discutimos y lo damos por sobreentendido.

Todos acá podemos decir “No al Alca”, y todos sabemos qué representa “No al Alca”. El problema es que hay una parte de la sociedad argentina que no tiene la menor idea de qué representa el No al Alca y de qué representó en ese momento. Nosotros lo damos por sabido, es algo natural, y creo que el desafío que tenemos es que nuestra sociedad comprenda por qué se toman esas decisiones, porque desde el otro lado también lo que han hecho es casi reducirnos al consignismo. Y entonces “No al Alca” pasa a ser una consigna que no tiene ningún tipo de eventualidad en el desarrollo de tu vida. “Podía haber sido sí o al Alca o no al Alca, y seguía todo igual” y todos sabemos que esto no es así, pero lo que debemos hacer es explicar esto constantemente. Qué significa que el Fondo Monetario esté o no al mando de la economía de tu país. Porque a alguno le puede dar lo mismo, pero no termina siendo lo mismo.

Si se cedía al Alca, muchas de las políticas de esos 12 años no se hubieran podido llevar adelante»

Si en aquella oportunidad se cedía el Alca -y con seguridad lo digo, con la certeza suficiente de saberlo así- muchas de las políticas de esos 12 años que fueran valoradas por la gran mayoría de los argentinos, no se hubieran podido llevar adelante, así hubiéramos tenido la mejor de las voluntades, todo el tesón suficiente y la inteligencia que se les ocurrieran.

Cuando vos no cuidás tu producción nacional no tenés trabajadoras y no tenés trabajadores, no te desarrollás como país. Cuando vos no administrás tu propia economía como país, es obvio que lo que menos estás teniendo en cuenta son las características esenciales de tu patria para desarrollarte, y pasa a ser mucho más importante aquello que piensa quien tiene que cobrarse la deuda de la plata que te ha prestado, y esto en la Argentina sabemos como termina. Todos los que estamos acá sabemos cómo termina. Entonces cabe preguntarse, como un desafío quizás, cómo logramos que aquello que nosotros ya hemos naturalizado y hemos aprendido y lo damos por sabido, puede llegar y perforar al resto de la sociedad, por lo menos como información para que tenga un elemento más para elegir, porque también se trata de con qué cantidad de elementos elige uno.

La llegada del Fondo Monetario Internacional es lapidaria para el sueño lógico que debe tener cualquier país, que es dirigir su propio destino»

Son los desafíos, o parte de los desafíos que tenemos por delante, porque sino vienen los dolores de cabeza y a veces las decisiones de uno afectan a todos, como está sucediendo ahora. Y digo dolores de cabeza, porque tenemos que lograr que la sociedad comprenda que no es un capricho ideológico, que no nos hemos quedado en el tiempo ni mucho menos sino que hemos comprendido el tiempo y por eso queremos otro país, que la llegada del Fondo Monetario Internacional a nuestra patria es lapidaria para el sueño lógico y racional que debe tener cualquier país que se precie de ser un país, que es poder dirigir su propio destino, acertar y equivocarse, pero mirándose a sí mismo y cómo se relaciona con el mundo.

No hemos logrado perforar esas barreras que han construido en la comunicación que tenemos que tener»

Porque, otra también de estas grandes mentiras construidas, es cuando uno escucha -sí, cada vez menos- algunos empresarios y medianos empresarios diciendo que la Argentina no estaba en el mundo. Es de lo más raro que uno puede ver. Cuando uno ve lo que le está pasando lamentablemente a Arcor -y lo digo por los trabajadores y las trabajadoras de Arcor, no por el señor Pagani, y también por los chicos que ya están comiendo menos caramelos y menos golosinas-, lo que le pasa a La Serenísima. Ayer escuchaba a un compañero de Atilra [Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina] en un plenario que compartimos anoche decir que la producción había bajado un 40 por ciento en el sector donde él trabaja. Pensaba: pierde La Serenísima, pierden los trabajadores y los pibes y las pibas toman menos leche. Casi como un tema de una banda que a mí me gustaba mucho que decía que en vez de un vasito de leche ahora es un vasito de agua [se refiere al tema “Sirva otra vuelta, pulpero”, de Almafuerte]. Y creo que este tipo de situaciones tienen que ver con que nosotros no hemos logrado perforar esas barreras que han construido en la comunicación que tenemos que tener.

 

Y digo esto fundamentalmente porque cuando vos ves los presupuestos, la sociedad debe comprender que el presupuesto no sufre recortes en el gasto como dicen muchos de manera equivocada, sino que está sufriendo recortes de inversión. O sea, se está invirtiendo menos en salud, no es que se está gastando menos en salud, se invierte en salud. Vos invertís en el salario de un médico, invertís en el salario de una enfermera, del que maneja la ambulancia, del que limpia. Invertís en la gasa. Ahí también es importante el lenguaje. Y ahí tenemos que estar atentos siempre. Vos también invertís en un docente, invertís en una escuela porque sino pasa lo que pasó en Moreno, invertís en los chicos. No es que se está recortando el gasto, se está recortando la inversión en el pueblo argentino, en cada uno, y cada uno piensa que como es su sector no le llega. “No, a mí no me va a llegar”. Pensemos en algún compañero o compañera que peleaba por Ganancias, votó por Ganancias a Macri, porque dijo que lo iba a eliminar, cuando todos sabíamos que eso no se podía hacer, que no era una cuestión de capricho de la anterior presidenta gobernar de la manera en que gobernaba, sino que no se podía hacer porque tenía que pensar en el conjunto.

Entonces creo que ahí lo que tenemos que entender es que este compañero o compañera que por ahí votó por eso, por ahí ahora se quedó sin trabajo, porque si la desocupación sube a alguien están echando, alguien se está quedando sin trabajo. O peor, alguien tiene miedo de quedarse sin trabajo, y está con esa espada sobre la cabeza, y va a las paritarias con esa espada sobre la cabeza, casi valorando no tener aumento pero mantener la relación formal que le provea en un caso la obra social. Y debería estar pensando muy bien en esa obra social, porque si lo despiden a los tres o a los seis meses se va a quedar sin obra social. Y él, que pensaba que era todo mérito propio, va a empezar a darse cuenta que hay que prestarle atención a algunas cosas. Va a entrar a pensar también que cuando se caiga esa obra social se va a dar cuenta de lo que significa “recortar el gasto”, porque quizás hasta aún hoy en esa situación de apremio y con miedo a perder el trabajo está pensando que está bien que recorten el gasto. Está pensando Sí, está bien, son todos vagos. Cuidado con esas cosas.

En esa segmentación y división han ido y construyeron su victoria ellos, porque hay que tener en claro que cuando se piensa así mañana te podés quedar sin trabajo, te vas a quedar sin obra social y vas a tener que ir al hospital, a ese hospital al que le acaban de recortar los “gastos” que vos criticabas, no la inversión, y vas a pensar que no está el mamógrafo, o que no anda el tomógrafo o que falta una gasa o que la guardia directamente no funciona. Y te vas a dar cuenta que el endeudamiento con el Fondo Monetario o con los acreedores externos tampoco lo encontrás en tu hospital. No lo vas a ver, no va a estar. Creo que tenemos que tener esa capacidad de entre nosotros mismos poder ser mejores para explicar estas cosas, porque va a pasar lo mismo con la educación: lo tengo acá al Robi (Baradel). En la provincia de Buenos Aires, cuántos y cuántas padres y madres ya están pensando en sacar o ya están sacando directamente a sus hijas o sus hijos del sector privado, semiprivado o parroquial, como lo querramos poner, para enviarlos de vuelta a la escuela pública. ¡Cuántos! Las trabas que están poniendo algunas escuelas privadas o semiprivadas para cobrar cuatro o cinco meses de deuda a los padres que no han podido pagar, para no darles el boletín o las cuestiones obviamente burocráticas que habiliten a los padres a ir a buscar la plaza a la escuela pública. ¡Hasta que no les paguen! Contra el pago. Les terminás de pagar las cuotas que les debés y ahí te vuelven a dar … Son cosas que nadie está mirando, pero que suceden todos los días.

Tenemos que pensar qué clase de Argentina quieren y por qué hay esa disociación entre lo que dice el Gobierno y la realidad»

Y ahí también, si alguno de ellos o de ellas pensaba o pensó que el Fútbol para Todos era un gasto innecesario y que con esa plata se podían construir 3 mil jardines, se van a dar cuenta de que no están los 3 mil jardines. Yo creo que también lamentablemente también se van a dar cuenta de que casi no se han hecho escuelas, que muchas continúan cerradas por problemas edilicios [Baradel le apunta al oído: “Casi 400 en toda la provincia”]. Como dice el compañero, casi 400 en toda la provincia de Buenos Aires. Es un universo enorme de alumnos y de alumnas. Entonces tenemos que pensar entre todos qué clase de Argentina quieren y por qué hay esa disociación entre lo que dice el Gobierno y la realidad y la interpretación que tiene que tener nuestra sociedad de cara a las elecciones del año que viene.

Creo que lo que hay que tener en claro es que este es un gobierno que le habla a la sociedad en base a lo aspiracional. No descubro nada ni deseo hacerlo. Y lo que uno empieza a ver es que este gobierno que prometía, por ejemplo, y hablaba, y aún habla, y muchos periodistas a coro repiten, hablaba de la “cuarta revolución industrial”, ¿no? Como que nosotros no entendemos nada, que los únicos que tienen Internet son ellos, los únicos que leen son ellos y nosotros estamos todos pintados. Y te hablan de la Cuarta Revolución industrial, muy lindo, uno ve en las páginas y en los portales más leídos: “Los trabajos aburridos y repetitivos serán hechos por máquinas. Debemos preparar a nuestras trabajadoras y trabajadores jóvenes para un futuro donde tienen que estar altamente familiarizados con la tecnología y comprender así las aplicaciones y poder programar…” Todo muy lindo. Se aprenden las palabras incluso, porque uno lo que ve es como que aprenden las palabras clave como para creer y pensar que están diciendo algo inteligente, que no es otra cosa que lo que decía el compañero [David] Choquehuanca [ex canciller de Bolivia, Secretario General de ALBA], que es la búsqueda del aplauso por el aplauso mismo, con dos o tres palabras. Lo cierto es que lo que uno ve es que ese discurso del gobierno que le propone “el futuro” entre comillas a nuestra sociedad, de trabajos modernos, de capacitaciones, no se condice con lo que hacen.

Porque si vos realmente estás creyendo que esto es cierto, por qué no te tomás un segundo para explicarnos a todos y a todas por qué no se entregan más computadoras a los chicos que van a los secundarios.

¿Por qué no te tomás dos segundos para explicarnos por qué no se entregan más computadoras?»

Porque sería una buena manera -un consejo mío- que si estás hablando de futuro y de tecnologías, los chicos y las chicas en las escuelas pudieran seguir teniendo acceso a la familiaridad necesaria que tienen que tener con las nuevas tecnologías, pero (paréntesis importante) cuando lo hacíamos muchos decían que los chicos y las chicas jugaban con esas computadoras, que no estaban estudiando, que jugaban. ¿Y? ¿Qué tiene? ¿Aparte de aprender, una chica y un chico no pueden jugar con un instrumento que les puede brindar el Estado? ¿No tiene derecho a jugar aquel que necesita la presencia del Estado? ¿No tienen derecho a tener vacaciones un trabajador o una trabajadora, o a tener un celular, por más que esté de paro o vaya a una protesta social? ¿Qué es lo que les pasa a algunos en la Argentina? ¿Tan mezquinos, tan egoístas, tan miserables nos pueden volver estos sistemas económicos en no entender algunas cosas?

Tenemos menos carne, menos leche, menos tecnología, menos educación»

Entonces volvamos a la “cuarta revolución industrial”: tenemos un problema de acceso a la tecnología. Sólo aquellos que puedan hacerse de ella a través de los ingresos que pueda haber en su familia podrán tener la oportunidad. Ya arrancamos con un pico de desigualdad. Algunos sí, pocos, y con estos sistemas económicos cada vez más pocos, y muchos no. Entonces lo que tenemos claro hasta acá es que en la Argentina hay chicas y chicos que están tomando menos leche. También, como vimos recién, tenemos en claro que hay chicos y chicas que no tienen posibilidad de acceso a herramientas tan importantes para su futuro como una computadora, que hay menos argentinos y menos argentinas comiendo carne. Entonces hasta aquí tenemos menos carne, menos leche, menos tecnología, menos educación con las escuelas cerradas, o como dice la señora gobernadora María Eugenia Vidal que a las escuelas y a las universidades no van los pobres.

Miren dónde estamos [señala a su alrededor, las instalaciones de la UNLa]. Es bueno que la gobernadora recorra todas las universidades de la provincia de Buenos Aires y conozca a quienes están todos los días tratando de sacarla adelante trabajando, enseñando y estudiando.

Cincuenta mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y no terminaron cinco hospitales en la provincia de Buenos Aires»

Entonces bueno, no universidades, no escuelas, no computadoras, no leche, no carne, y uno dice: “ Bueno, por lo menos si les quedó algún hospital por terminar lo podrían terminar”. Hay hospitales en La Matanza, en Ituzaingó, Cañuelas me decían ayer, que les falta un 5, un 10 por ciento para terminarlos. No los terminan. 50 mil millones de dólares tomados de endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y no terminaron cinco hospitales en la provincia de Buenos Aires. Cinco hospitales que estaban prontos a ser usados no los terminan, ¿Adónde va la plata del Fondo Monetario Internacional que no va a esos hospitales que estaban …? No te digo que los hagas nuevos, no te pido que te esfuerces tanto: sé que tenés que ir a los programas de televisión y eso lleva tiempo. Pero… cinco hospitales y muchísimas escuelas sin terminar . Entonces lo que uno empieza a ver en esta pequeña o gran asamblea en la que estamos participando es: menos leche, menos carne, menos educación, menos escuelas abiertas, menos computadoras, menos hospitales.

¿Qué Argentina quieren?

¿Qué propuesta tienen para la Argentina?

¿Qué Argentina quieren?

¿Cómo quieren que vivamos los argentinos?

Y acá quiero hacer eje en algo que es muy importante: es una pregunta que me hago todos los días porque de última, si blanquearan en palabras y dijeran “Queremos un país para 13 millones de argentinos y que el resto… la ñata contra el vidrio”, bueno… los otros 27 o 30 millones de argentinos podrían decir o elegir otra cosa, quizás.

Hoy lo que tenemos es un gobierno que exige sacrificios. Sa-cri-fi-cios. Como mandar a alguien al altar, cortarlo al medio, beber su sangre y algún día la vida será hermosa. Yo no creo en esas cosas. Sí creo en los esfuerzos y en que se pongan en valor esos esfuerzos.

Creo en parte que cuando uno escucha hablar de Néstor, Cristina, Evo, o todos los presidentes de la región [lo que hicieron] fue poner en valor el esfuerzo de sus pueblos. No es [sólo] “Néstor le pagó al Fondo Monetario Internacional”: lo que hizo fue poner en valor el esfuerzo y el trabajo de argentinas y argentinos y lo más pronto posible que pudo canceló junto a Lula da Silva en una política conjunta regional, sacaron al Fondo Monetario Internacional casi de Sudamérica. Al salir de Brasil y Argentina era echarlo, no porque el Fondo es malo o bueno sino porque quiere gobernar tu país y vos tenés que querer gobernar tu país. Se trata de eso, simplemente. Esto no es de buenos y malos: se trata de independencias y libertades. Y en ese sentido, esa puesta en valor del esfuerzo de los argentinos hay que tenerla en cuenta porque cuando se decide pagarle al Fondo Monetario Internacional la desocupación en la Argentina era de 10,5 u 11 por ciento. Muchos nos corrían por izquierda diciendo que era muy fuerte la deuda interna, y tenían razón, y faltaban hacer un montón de cosas también en ese momento, pero era una decisión estratégica sacar al Fondo Monetario Internacional del manejo de la economía, y vaya que dio resultado.

Había dos razones atendibles: aquellos que nos decían, con toda la buena leche del mundo “Che, tenemos problemas todavía acá adentro como para cancelar esta deuda”, y nosotros que les decíamos “Está bien, tenés razón, pero cancelar esta deuda en el tiempo es mejor para que los argentinos y las argentinas empecemos a conducir la historia de nuestro propio país». Bueno: el dato final fue que la Argentina mejoró luego de la salida del Fondo Monetario Internacional. Y esto lo digo aparte porque ya hay algunos que están -ante la posible [posibilidad] y cercanía de una posible derrota del actual gobierno en las próximas elecciones- sembrando el miedo con qué haría el próximo gobierno, si sería de corte populista, nacionalista, no sé…

Ustedes tengan en cuenta que en estos 12 años nos podrá gustar más o menos pero fuimos grandes pagadores de deuda externa. El Gobierno que asumió el 25 de mayo de 2003 hasta el 9 de diciembre de 2015 se hizo cargo de una deuda interna y externa que no había contraído, y pagó religiosamente esos vencimientos con todos los acreedores que había. Se negoció el 100 por ciento de la deuda defaulteada con el 93 por ciento de los acreedores. Al mismo tiempo, se canceló la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Al mismo tiempo, se recuperó la administración de los fondos de los trabajadores argentinos de las AFJP. Se recuperó Yacimientos Petrolíferos Fiscales, se recuperó Aerolíneas Argentinas, se recuperó Aguas Argentinas, se bajó la desocupación, se hicieron escuelas, se abrieron universidades. Que no nos vengan a correr con esta cuestión de cómo podemos llegar o no a administrar el Estado Nacional.

El desastre que han hecho en estos tres años es inexplicable»

Es evidente aparte, creo que los perjudica porque el desastre que han hecho en tres años es inexplicable. Ustedes imagínense si cancelar una deuda de 10 mil millones de dólares llevó dos años y medio, entre el 2003 y 2006, lo que va a ser esta deuda de 44 mil millones de dólares. Los que hablaban de dejarles bombas de tiempo. Miren lo que le están dejando a la sociedad argentina. Miren cómo muchos comunicadores y comunicadoras hoy se hacen los distraídos, miran para todos lados. Cómo les dicen a trabajadores y trabajadoras que van a tener techo en las paritarias, pero no hay techo para las Leliq y la Patria Financiera.

La otra vez miraba la propaganda del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Bapro, el banco de todos los bonaerenses. Y lo extraño no era que estaba incentivando si se quiere a los productores del interior de la provincia a cambiar la maquinaria agrícola, que bastante se cayó también la venta de maquinaria agrícola lamentablemente para la gente del campo, en lo que es la renovación de sus instrumentos y herramientas de trabajo. No estaba apostando al sector Pyme industrial de la provincia de Buenos Aires. La propaganda era “Tasita Tasón”. ¿No? 50% por ciento de tasas en los plazos fijos a los 30 días.

Y aquí, otro de los grandes problemas que va a tener la economía argentina es que… hay un señor que se llama Stiglitz, todos lo conocen acá seguramente, que ganó el Premio Nobel (si de algo sirve lo digo) con un libro muy interesante (a riesgo de equivocarme, pero creo que fue con ese libro) de lo que es la asimetría de la información económica y cómo actúa en las sociedades y quiénes se dedican en particular al sector financiero con la asimetría y cómo se genera esa información. Cuando uno ve y critica las Leliq (este famoso instrumento, porque aparte vieron qué pasamos de Lebac a Lecap, de Lecap a Botes, de Botes a Leliq) y así vamos, y como siempre digo termina en Lola: Lolamento, no la vas a ver, tené este papelito y fijate que después viene (y perdón por la palabra que voy a usar) un pelotudo o una pelotuda que administra el esfuerzo de los argentinos y paga el Bonar 2012 a los ahorristas como se pagó durante los 12 años la plata que se había esfumado según Prat-Gay por una “bomba atómica” en la Argentina. Es esto, porque te dicen “No, es de los bancos. La Leliq es para el que tiene un banco, no tiene incidencia en la economía real.” Entonces vos pensás: “Qué piola, el dueño del banco puede hacer eso”, y la pone a un 60,70 por ciento. “Oh, mirá, se van a quedar con la plata de los dueños de los bancos, por ahí les dan un bonito de vuelta”. Pensalo bien porque la plata que los bancos ponen al 70 por ciento es la que vos estás poniendo a 50 % en un plazo fijo, por ejemplo.

Prometieron todo, cumplieron nada»

Creo que éstas son las situaciones que hay que atender muchas veces y explicar. No buscando atemorizar sino buscando explicar, y que este gobierno empiece a razonar correctamente, porque está de por medio el destino de muchísimas argentinas y argentinos. Prometieron todo, cumplieron nada. El desafío, y creo que es parte también de lo que nos convoca acá, es cómo construir una victoria que permita volver a reencausar a la Argentina en el tiempo y en el sendero del que no debiera haberse apartado, pero no por quienes gobernaran, sino por su propia supervivencia como país, si hablamos de país-patria como un lugar más justo donde el desarrollo es más equitativo.

Y hay una cuestión que ellos trabajaron muy bien que es la segmentación: esto lo explicaba incluso la ex presidenta en Clacso, esta segmentación, no, donde aparte nos estudian, ven qué hacemos con el celular, ven qué nos gusta, qué no, entonces nos terminan hablando, como diría una persona con más años… cómo te endulzan el oído, te están diciendo lo que vos querés. Es raro, es como una política de clones. Son como políticos que son clones porque vieron la encuesta y empiezan a tomar todos el mismo discurso, o van y les dicen “Mirá, podés hacer esto con Facebook, Google y vos comunicás y le vas a decir a este “Es lo que vos querés, voy a hacer lo que vos querés”.

Es tristísimo.

Es tristísimo.

Ahora, en esto, con unas palabras de Lula Da Silva en un documental -creo que es el de Presidentes de Latinoamérica o algo así, muy bueno el documental- Lula explicaba que su espíritu de “gobernanza” o de cómo quería gobernar lo había sacado no de Harvard, no de Cambridge sino de una madre. Me llamó la atención ese ejemplo. Y él decía que una madre quiere a sus tres hijas, hijos por igual, los quiere por igual, es el mismo amor para los tres, pero siempre ayuda al que le cuesta más. Siempre está detrás del que es más remolón para levantarse o le cuesta más con las matemáticas, y a veces eso puede provocar el enojo de los otros dos. ¿A quién no le pasó? Complicado, pero esto es cierto. Y yo creo que a veces parte de los problemas que tuvimos y que condujeron al macrismo al poder tiene que ver con eso. Tiene que ver con que a veces nos olvidamos de hablarle a sectores a los que creímos que por su propio desarrollo ya se habían dado cuenta de qué políticas los beneficiaban.

Es muy difícil pensar que un argentino que se quedó sin trabajo en 2001, 14 años después pensara que una chica se embarazara para cobrar la AUH. Pero pasó»

Es muy difícil pensar a veces que un argentino que se había quedado sin trabajo en el 2001, 14 años después pensara que una chica se embarazaba a propósito para cobrar la Asignación Universal por Hijo. Es muy difícil pensarlo así, pero pensémoslo porque pasó. Esto es lo grave. ¿Cómo pueden pensar los sectores económicos más altos de mi país ya lo sé y no me importa: ni sus miserabilidades, ni sus mezquindades ni sus voracidades. El problema es qué nos pasa a nosotros, al conjunto, cuando alguien que conoció la desocupación en el 2001, que no daba pie con bola, empieza a pensar que todo lo que hace es mérito propio solamente, que no hay un contexto donde se desarrolla, que no hay políticas públicas que le permiten a él poner en valor el esfuerzo diario de su trabajo, ya sea para acceder a un bien, sea un auto, un televisor, una heladera.

Porque en la Argentina que habíamos encontrado nosotros, a muchos de los que por ahí se confundieron con este discurso meritócrata… hubo por ejemplo, que evitar los remates del campo como se hacía con Lucy de Cornelis, cuando se evitaron más de 60 mil remates de campos en toda la Argentina, y la cantidad de remates de vivienda que se evitaron. Entonces nosotros tenemos que entender y trabajar estas cosas porque viene un año importantísimo para la Argentina, y viendo por ejemplo lo que sucedió en Brasil.

Cuando uno ve lo de Brasil es como que te spoilearon la serie, porque es fantástico. Va a ganar Lula la elección, hay un señor que es muy pésimo que es Bolsonaro, que recibe una circunstancia que lo catapulta hacia arriba en un acto, un juez dice que Lula -que era el que iba a ganar- tiene que ir preso, va Lula preso, queda Bolsonaro ahí, Bolsonaro gana la presidencia y el juez que mete preso al competidor… (describe un círculo con los dedos) Ni Pelé y Garrincha juntos hubieran hecho una jugada tan buena en Brasil como la que hicieron Moro y Bolsonaro. Y a nadie le llama la atención. Y en particular hay sectores y gente en la Argentina que están todo el día mirando Netflix y ven conspiraciones en todos lados y dicen “No, vos estás haciendo, no no no… No hay nada entre Moro y Bolsonaro, era lo que tenía que ser”. Vamos. Mirás Netflix todo el día, estás viendo fantasmas abajo del agua, hacés 10 mil elucubraciones en la política argentina y algo tan claro como eso pensás que no, que es … Son fenomenales. Yo los admiro a veces.

Bolsonaro dice que hay que matar y gana una elección»

Y creo que ahí tenemos que aprender, la pucha, lo que significa toda esa movida que termina accediendo a la presidencia alguien que en su eje central de campaña propone matar, dice que hay que matar. Olvidémonos, no nos ubiquemos en ningún lugar del espectro ideológico, en ningún lugar. Dice que hay que matar, no importa si hay que matar negros, comunistas, delincuentes, a los dueños de los medios, a empresarios. No importa, olvidémonos. Dice que hay que matar y gana una elección. Esto es lo que tenemos que evitar en la Argentina: que alguien que proponga el odio entre hermanas y hermanos siga gobernando la Argentina, alguien que crea que la desocupación la producen los inmigrantes siga gobernando, porque la desocupación no la producen los trabajadores y las trabajadoras que vienen de otros países: la producen sus políticas económicas. Cada decisión que toman produce desocupación.

Que ningún trabajador y trabajadora argentina piense que está en riesgo su trabajo por alguien que viene de otro país: su trabajo está en riesgo por las políticas económicas que decide el presidente Mauricio Macri. Esto es lo que tiene que tener claro, porque sino -y perdón que uno esté diciendo estas cosas, no tengo cosas muy llamativas para decir- pero quiero repetirlo hasta el cansancio, casi como un mantra, porque es parte de lo que tenemos que hacer, es parte de la tarea que tiene cada una de nosotras y de nosotros. Son los desafíos que están por venir, porque vienen y nos dicen aparte: “Bueno, cuáles son sus propuestas para el futuro?” Miren, yo podría hablar del litio, y él [señala a David Choquehuanca] también: quizás mirar a Bolivia en el desarrollo del litio sería algo muy bueno para la Argentina, que se cree tan superior al resto de los países, y ver qué están haciendo en Bolivia y cómo están cuidando el recurso natural y cómo están tratando de darle valor agregado, lo que significa el litio. También podríamos hablar del potasio, que lo quisimos hacer entre 2011y 2015 y se nos cayó la inversión brasileña de Vale12 ahí en Mendoza, de haber seguido industrializando la ruralidad, como decía la compañera Cristina y aspirábamos todos nosotros.

Pero creo que esa propuesta que tenemos para el año que viene tiene menos que ver con el 10 de diciembre de 2015 y tiene más que ver con el 25 de mayo de 2003 lamentablemente.

Me criticaron porque dije que Macri estaba pelotudeando todo el tiempo. A los dos días apareció bailando en una fiesta de Disney»

Y si quieren un ejemplo de cómo una sociedad es capaz de bajar la vara es que nadie protesta por ganancias ahora. Ni siquiera el propio congreso del que soy parte puede juntar una mayoría como pudo juntar a fines de 2016 para tratar el tema. Eso es bajar la vara, eso es saber que ahí sí estamos perdiendo, eso es lo que tenemos que saber. Tenemos que ser conscientes y volver a subir la vara tan alta como se la pusieron a Néstor y Cristina entre 2003 y 2015, porque es lo que nos va a permitir ser mejores como sociedad. No se trata sólo de si gobierna el que me gusta a mí o el que no me gusta a mí, sino que se trata de que vos pidas más y exijas más: que le exijas a quien se propone conducir el destino de tu patria el mayor de los esfuerzos, porque aparte … el otro día me criticaron mucho por una frase porque dije que Macri estaba pelotudeando todo el tiempo. A los dos días apareció en una fiesta de Disney bailando temas de no sé qué cosa. Al mismo tiempo te dicen que el Estado nacional es como una casa: “No, no se puede gastar más de lo que entra”… Bueno: cuando en una casa hay ese tipo de problemas, nadie el sábado a la noche está bailando temas de Disney, se están rompiendo el lomo el papá y la mamá para poder sacar adelante esa casa, que es lo que no está haciendo el presidente nunca.

Te están pidiendo cosas que no tienen correlato con la acción real en la gestión, entonces me parece que ahí es donde nosotros tenemos que hacer pie y empezar a entender que una de las propuestas centrales para el año que viene de ese amplio espacio que hay que construir, de esa unidad, de esos compañeros de vida, del camino, de esas discusiones que por ahí trazan más y cortan más transversalmente más a los dirigentes que a la propia sociedad porque la sociedad tiene sus urgencias para resolver y nosotros tenemos responsabilidades en ese sentido para intentar dar una respuesta por lo menos en su mayoría positiva a esos deseos.

Tenemos que hablar de que el eje central es que en la Argentina baje la desocupación de vuelta, que el poder adquisitivo del salario se recupere, porque aparte miren (voy terminando porque sé que viene largo el tema), a nosotros como espacio político, como gobierno se nos criticaba la emisión de pesos. Ustedes lo habrán escuchado seguramente. La emisión de pesos que iban a los sectores populares a través de diferentes políticas públicas, porque no era la única política pública la Asignación Universal por Hijo o la Asignación Universal por Embarazo o el Ellas Hacen o diferentes herramientas. Había políticas públicas en materia científica con lo que se hacía en el Conicet. Había políticas públicas incluso con lo que eran en el espacio de Salud los planes Remediar… No voy a empezar a hacer un gran inventario de todo aquello que había y poco a poco, bajo cualquier tipo de excusa fueron retirándole a la sociedad argentina: las vacunas y diferentes cosas.

Había una política pública inteligente, que era comprender que el consumo de los sectores populares dinamiza la economía»

Había una política pública inteligente a mi entender, que era saber comprender que el consumo de los sectores populares y más humildes de la Argentina dinamiza la economía. Que el consumo de los sectores populares, trabajadores y humildes en la Argentina, aparte de dinamizar la economía consumen en la Argentina, y que en esos feriados largos iban de vacaciones dentro de la Argentina.

Se podían ir a El Bolsón, a Colón (Entre Ríos), a Traslasierra en Córdoba, dinamizando cada sector de nuestra economía, cada pequeño pueblo muchas veces lejos de ese gran monstruo voraz que es la ciudad de Buenos Aires. Que mucho de lo que consumían, sea el agua, una birome, un vaso, se producía en el país. Sectores populares y humildes, en ese sentido, consumían lo que producían las trabajadoras y trabajadores argentinos en su mayoría. Eso generaba que hubiera más trabajo. Y así como digo siempre, la generación de un círculo virtuoso: es cierto, no perfecto, pero virtuoso, que permitía mantener a raya la desocupación, que permitía elevar el poder adquisitivo de trabajadoras y trabajadores cuando teníamos la oportunidad, y que permitía que aquellos que tenían pocas oportunidades empezaran poco a poco a recuperar ese terreno perdido durante décadas. Núcleos de pobreza estructural impenetrables, incluso con políticas tan particulares como la AUH. Y ahora resulta que nadie habla de la emisión.

Yo le quiero preguntar, creo que ustedes lo saben, le quiero preguntar a casi todos: los intereses de las Leliq, ¿con qué piensan pagarlos si no es con emisión de pesos? Y hay un problema: que los dueños de las Leliqs, a diferencia de nuestros sectores trabajadores, de nuestros sectores humildes y populares, no quieren comprar nada que hagamos en el país. Quieren comprar una sola cosa, que no se produce en el país: dólares. Y este es el problema que tiene la economía argentina. Y si ya era un problema muchas veces, incluso recuerden el 8 N o 12 N, no me acuerdo nunca muy bien las fechas, cuando tuvimos una masiva protesta en la ciudad de Buenos Aires porque no podían comprar dólares. ¡Qué distinta la Argentina! ¡Cuán linda la Argentina donde nos podíamos dar el lujo de que las clases medias más acomodadas salieran a la calle a pedir el fin del cepo y a comprar dólares, que esta Argentina, por ejemplo, que a fines del año pasado o en diferentes marchas durante este año salió a plazas y calles para pedir que no la echen y que le den comida.

¡Cuán diferente esa Argentinas donde, por ejemplo, Alfredo de Ángeli podía cortar la ruta durante 100 días, desabastecer a los argentinos, provocar suba de precios a partir del desabastecimiento, y hoy es senador. Esa es nuestra Argentina.

La Argentina de ellos es: Santiago Maldonado va a cortar un día la ruta a Chubut, no lo vemos por 80 días y aparece muerto en el río, un 17 de octubre»

La Argentina de ellos es: Santiago Maldonado va a cortar un día la ruta a Chubut, no lo vemos por 80 días y aparece muerto en el río, un 17 de octubre aparte. Cuán diferente esa Argentina, hablando de libertades y garantías, donde el principal jefe de la oposición en su momento, el ingeniero Mauricio Macri, estaba procesado por escuchar a su propia familia. Por eso a mí nunca me llamó la atención cuando salieron las escuchas de Cristina. Si alguien es capaz de escuchar a su propia familia, imagínense al resto. Ahora, cinco años procesado y ni siquiera pasaron por la puerta de la casa para ver si podía tener algún casetito suelto en algún lugar. Qué se yo, un pendrive… Nadie pasó. Y fue presidente.

Quizás es medio antipático lo que voy a decir, pero yo quiero esa Argentina, donde el principal jefe de la oposición pueda hacer política y ser elegido presidente. Con todas las libertades, porque esa es la diferencia entre ellos y nosotros, y eso es lo que siempre tenemos que entender y nunca caer en las tentaciones del odio y la venganza que ellos proponen. Ahí está la clave de esto, que es parte de lo que decía él [David Choquehuanca] de los cuatro pasos del Pachacuti: despertar, escuchar, hablar y caminar. Es ser mejores seres humanos que ellos, es ser mejores personas que ellos y entender que en esa libertad tenemos que aceptar y vivir sus resultados y construir opciones superadoras. No podemos vivir enojados por lo que pasó ese 10 de diciembre de 2015. Ahora tenemos la oportunidad de construir una opción y de convocar a las mayorías a construir nuevamente una Argentina más justa, diferente a esta, y que ponga otra vez en el centro de la acción de Gobierno al ser humano, que eso es lo más importante. Esa es la opción que tenemos por delante y el desafío que tenemos por delante. No hay más que eso. No hay secretos.

La fórmula de la Coca Cola no la tiene Durán Barba: la fórmula para cambiar esto la tiene la sociedad Argentina»

La fórmula de la Coca Cola no la tiene Durán Barba. La fórmula de cambiar esto la tiene la sociedad argentina: sus ciudadanas y sus ciudadanos. Basta la decisión de comprometerse un poquito más con la realidad, ser menos prejuiciosos, ser menos odiosos, tener más masa crítica ante la información que recibís para darte cuenta que vas a poder vivir en un espacio mejor, porque no sólo se trata de que vos te realices individualmente. Lo más importante es cómo vos te realizás y en qué comunidad vos te querés realizar. Y yo quiero realizarme en una comunidad que no eche la culpa o en los inmigrantes o en los que menos tienen, porque sino caemos en las tentaciones como cayó la provincia de Buenos Aires en 1999, cuando creyó que iba a resolver la inseguridad metiendo bala con Rico y Patti en la Casa de Gobierno. ¿Saben cómo terminó eso? Con patacones terminó. Eso es lo que tenemos que tener claro en la república Argentina. No hay salidas mágicas. Sí hay decisiones políticas, sí hay decisiones económicas. Y para eso, lo mejor que podemos hacer es prepararnos y preparar a todo el mundo para estar a la altura de las circunstancias y de las provocaciones que seguramente sobrevendrán a medida que se acerque el día de las elecciones, que es el 27 de octubre del año que viene, así que es una buena fecha para convocar a las mayorías de los argentinos a hacer lo que tenemos que hacer. Muchísimas gracias.